El pasado 10 agosto un ciudadano francés sufrió un accidente en la Sima del Bosque, en Larra (Valle de Roncal). Se movilizó al servicio de montaña del Área de Jaca y al Equipo de Micro-voladuras al ser la citada Sima muy estrecha, en total unos 30 componentes.
Los primeros en entrar fueron el equipo de microvoladuras a las 07.00 horas, debido a la dificultad del terreno.
Estas labores de desobstrucción les llevan a trabajar sin descanso dentro de la sima durante unas 30 horas consecutivas, saliendo al exterior el 11 de agosto al mediodía.
Posteriormente entran bomberos y personal francés del equipo de espeleo-socorro.
En el exterior desde las 07 h. del 10 de agosto esperan todavía el resto de componentes del GREIM, que no han podido entrar mientras realizan labores de desobstrucción, y a la espera de que los equipos de bomberos y franceses terminen la primera parte del rescate, sin haber actuado aún. Llevan esperando 40 horas.
A las 02 horas de la madrugada del día 12 comienzan a entrar el resto de guardias civiles que todavía no han actuado.
Los agentes con el accidentado, después de mucho esfuerzo y de volver a tener que desobstruir el equipo de microvoladuras para despejar algunas zonas, salen finalmente a las 04 horas de la madrugada del día 13 de agosto, siendo evacuado en helicóptero francés hasta un hospital en Francia.
Los guardias civiles terminan de recoger todo el material empleado en el rescate y llegan al punto de encuentro a las 9 de la mañana de ese mismo día 13 de agosto, momento en el que se suben a los vehículos y vuelven a sus Unidades.
Sin lugar a duda un servicio no exento de sacrificio, esfuerzo y riesgo por parte de unos profesionales cuyo objetivo día a día es salvar vidas.
Pero también hay que adquirir una crítica constructiva de estos rescates donde la DGGC no quiere entrar a valorar pero si lo hacemos desde AUGC donde en primer lugar queremos destacar el espíritu de sacrificio y las grandes dificultades que tuvieron que sortear los equipos de rescate, entre ellos los guardias civiles de montaña.
Por ellos y por respeto a su profesionalidad, tenemos que recordar a los mandos de la Jefatura del GREIM que desde el primer día que los guardias civiles de montaña llegan al puesto de mando, situado en la estación de esquí de Arette se han sentido desamparados a falta de unas instrucciones o protocolos claros relativos a la logística que se espera de unas misiones de esta envergadura.
Varias apreciaciones para reflexionar:
El equipo de microvoladuras trabaja durante 30 horas seguidas, sin relevo, los compañeros que esperan durante 40 horas fuera de la sima antes de actuar, tienen que dormir en los vehículos, algunos pagando de su bolsillo una habitación en los hoteles de la estación de esquí, en esas fechas sin apenas clientes.
A estos profesionales durante los tres días que dura el rescate se les alimenta a base de tristes bocadillos que ni siquiera llegan para todos en algunas ocasiones, llegando en esa espera de 40 horas, a pagar de su bolsillo un menú en los restaurantes de la estación de esquí, para poder comer caliente.
Para acceder a la boca de la sima, había 40 minutos de camino y que el porteo de todo el material de rescate se ha hecho a pie, no hubo en ningún momento apoyo aéreo, salvo la evacuación del accidentado por parte de la gendarmería francesa en su helicóptero.
Que no hubo en ningún momento intención de relevo, el equipo de microvoladuras actúa 30 horas y después vuelve a entrar para seguir desobstruyendo, manejan explosivos y su descanso no es respetado.
Los equipos de espeleosocorro de la guardia civil que esperaban en el exterior, entran a la sima después de esperar 40 horas, de comer bocadillos y dormir en los coches.
Cuando todo el rescate termina a las 9 de la mañana salen en vehículos oficiales hacia sus respectivas Unidades, sin haber dormido ni descansado en condiciones después del trabajo físico, y así mismo los conductores.
Y todo lo anterior a la vista del Coronel del Servicio de Montaña que se pasea por la zona del rescate para conocer de sus labores, sin que en ningún momento ponga remedio a los problemas logísticos que eran evidentes, que obviamente afecta al rendimiento y seguridad de los guardias civiles en las maniobras de rescate y retorno a sus Unidades, además, causando una pésima imagen y muchos comentarios dentro del colectivo de rescatadores, españoles y franceses de lo que allí fueron testigos.
Nuestra admiración por estos profesionales de 10 y desde luego nuestra critica más acida para aquellos responsables que a sabiendas de las carencias más inmediatas no ponen un mínimo de rigor e incluso de sensibilidad a situaciones que una y otra vez se repiten en estos rescates.
Somos sabedores de la entrega y abnegación al cuerpo que servimos pero no confundamos este amor a nuestro trabajo con la realidad que esconden las carencias en este caso logísticas y de riesgos laborales de unos profesionales a la altura de los mejores.