El pasado viernes 8 de marzo se celebraba el Día Internacional de la Mujer, con una espectacular repercusión en las masivas manifestaciones que se celebraron en toda España. Desde AUGC se apoyaron estos actos y se volvió a denunciar la discriminación que sufren las guardias civiles, con graves problemas de conciliación laboral y familiar.
Pues bien, precisamente esa jornada dio pie a una nueva muestra de la improvisación en la Guardia Civil a costa de la conciliación de sus trabajadores. Y es que ante la huelga general convocada por el movimiento feminista se cancelaron por sorpresa numerosos permisos a guardias civiles de unidades de distintas provincias: Almería, Huelva, Algeciras, Valencia, Teruel, etcétera. Ello amparándose, como es habitual, en necesidades del servicio.
De esta manera suprimieron de improviso días de asuntos propios, días libres y se añadieron o modificaron servicios sin respetar el tiempo de descanso ante una huelga general y unas manifestaciones cuyas convocatorias ya se conocían desde meses antes.
Está interpretación de la norma, en la cual se utiliza sistemáticamente el concepto jurídico indeterminado de "necesidades de servicio", es la muleta con la que solventan su incapacidad de previsión. La consecuencia de esta costumbre es un cuerpo donde ingresó la mujer hace 30 años, pero que no supera el siete por ciento de sus componentes. Entre otras causas por lo incomprensible de que en pleno año 2019 no tengamos turnos de trabajo, situación que no pasa en ningún otro cuerpo policial, además de otras carencias como la falta de un protocolo de acoso laboral y sexual como sí existe en el conjunto de la Administración pública.