AUGC no puede expresar sino el asombro más absoluto al ver como se manejan las cifras desde la Dirección General al hablar de las condecoraciones o medallas que se conceden en la Guardia Civil, afirmando que el 67,58 % de las 3.519 concedidas en 2016 han sido para la escala de Cabos y Guardias.
Sin embargo, lo cierto es que este porcentaje se obtiene al interpretar las cifras de un modo intencionadamente sesgado, ya que el cálculo ignora que la relación de trabajadores de las escalas de Cabos y Guardias respecto al del número de oficiales es de cuatro a uno.
Atendiendo a esta abrumadora diferencia en efectivos a la hora de hacer los cálculos, nos encontramos con que los porcentajes son muy distintos de los que publicita la Dirección General. Así, la realidad arroja que la escala de Cabos y Guardias, la más numerosa con mucha distancia, tan solo recibió un 3,25% del total de las condecoraciones, frente a un 8,3 % de los Suboficiales, un 16,3 % de la escala de Oficiales y un 27,69 % de la escala Superior de Oficiales.
Es decir, que a pesar de la manipulación de los porcentajes que defiende la Dirección General, lo cierto es que las cifras revelan otro de los grandes agravios que existen hacia los trabajadores de la institución, y que AUGC viene denunciando desde hace años: que mientras los agentes que trabajan en la calle, atendiendo a los ciudadanos y enfrentándose a los delincuentes en situaciones de riesgo, pocas veces ven reconocido su esfuerzo, mientras desde los despachos se siguen llenando el pecho de medallas ganadas a costa de los guardias civiles que realizan el servicio en la vías públicas, sin tan siquiera una regulación en turnos para su jornada laboral.
Además, hemos de recordar, que las medallas no solo sirven para ser lucidas en un uniforme, sino que son un factor importante para elegir destino, realizar cursos de perfeccionamiento, o hasta para prosperar en la carrera profesional mediante los correspondientes ascensos. Incluso parte de estas medallas son pensionadas, es decir, reportan a quien las recibe un aumento salarial de por vida, algo que junto a la asignación del complemento de productividad -el cual se basa en la misma metodología que el reparto de medallas- no deja lugar a dudas de cómo se reparte el sacrificio, por un lado, y los honores, por otro, en la Guardia Civil.