Opinión. Dietas para oficiales de la Guardia Civil

Artículo de opinión por Braulio Calvo, Secretario General de AUGC en Badajoz.

Actualidad

Un oficial de la Guardia Civil.

Las dietas en la Guardia Civil vienen contempladas en la Orden General número 4 de fecha 22 de marzo de 2006, sobre indemnizaciones por razón del servicio que desarrolla para el Cuerpo el Real Decreto 462/2002 de 24 de mayo, sobre indemnizaciones por razón del servicio.

Esta Orden General viene a renumerar, siempre que se den ciertos requisitos, las siguientes situaciones:

Dando lugar, según proceda, al abono de las indemnizaciones siguientes:

El concepto de “dieta” viene recogido en el punto 1 del artículo 4, que dice lo siguiente:

El artículo 5 del RD 462/2002 básicamente viene a decir que las comisiones que deben durar más de un mes en territorio nacional y tres en el extranjero, aunque puede prorrogarse excepcionalmente, de todas formas es irrelevante para el fin de este artículo.

Lo que nos interesa, es que la dieta en la Guardia Civil normalmente es una cantidad que se abona para compensar los gastos que se originan por la prolongación de un servicio que se tenía encomendado, por ejemplo, si empiezo un servicio a las 6:00 de la mañana y por circunstancias sobrevenidas, (un detenido, un desplazamiento largo y volver a la demarcación, etc.) acabe a las 17:00 y tenga que parar a comer o me ocasione otro gasto de los contemplados.

Lo que hacen algunos oficiales de la Guardia Civil, (jefes de unidad tipo compañía, comandancia, etc.) es salir de servicio para impulsar-vigilar el mismo, revistando unidades y prolongarlo sin ninguna justificación, reclamando con posterioridad la media dieta en concepto de restauración (manutención). Esto se hace mensualmente con cargo a las cajas pagadoras de las respectivas unidades, siendo una pseudo malversación de dinero público por parte de oficiales de la Guardia Civil. Esta conducta se lleva perpetrando, que yo tenga conocimiento, durante décadas, y se usa como un complemento mensual monetario en la nómina de los perceptores, como si fuera una productividad más. Es a todas luces un pseudo fraude de ley, pues esas cantidades monetarias no están para que los jefes salgan a vigilar-impulsar el servicio e innecesariamente lo prolonguen, en lo que irónicamente he llamado “provocar la dieta”.

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