El próximo mes de mayo, la Guardia Civil celebrará la efeméride de la fundación del Cuerpo que conmemorará el 174 aniversario, celebrando numerosos actos institucionales.
Coincidiendo con estas celebraciones algunos altos mandos de la Guardia Civil acudían haciendo uso del uniforme, el pasado 29 de marzo, a unas conocidas bodegas vinícolas situadas en una localidad de la provincia de Valladolid. Y nos preguntamos qué pensaría el Duque de Ahumada, fundador y primer director general de la Guardia Civil, si viera a “sus” altos mandos utilizando el uniforme para acudir a tan acto ajeno a la seguridad pública.
AUGC ha denunciado reiteradamente a lo largo de su historia el derroche crónico en la Guardia Civil en desfiles y otros fastos que no tienen que ver con la seguridad, sino con la vanidad y la ostentación que tanto caracteriza al generalato que sigue gobernando el Cuerpo y a sus agentes con espíritu anacrónico y falto de adecuaciones a unas relaciones laborales modernas. Recordemos que la Guardia Civil es el único cuerpo policial, y de la Administración Pública, que no tiene establecidos turnos de trabajo con cadencias fijas que permita conciliar vida laboral y familiar, o la ausencia en la gestión de un área especifica de Recursos Humanos, así como Prevención en Riesgos Laborales; igualmente se tiene establecido un reparto de los incentivos al rendimiento que abusa de la discrecionalidad, algo que repercute negativamente en la motivación para el servicio de los guardias civiles.
Sin embargo, estos altos mandos, en lugar de poner solución a los problemas que afectan al Cuerpo, se dedican a visitas que nada tienen que ver con la seguridad pública, así son numerosos los ejemplos de estas prácticas. Cabe recordar, entre otros muchos, la peregrinación anual a Lourdes de más de una docena de guardias civiles escogidos a dedo. Una expedición con carácter religioso con todos los gastos pagados por los ciudadanos.
Este asunto cobra aún más gravedad si se tiene en cuenta la escasez de personal y de medios que se padece desde hace años en la Guardia Civil. Sin chalecos antibalas individuales, con vehículos con hasta 400.000 kilómetros, cuarteles cerrados por la reducción de plantilla, con un drástico descenso de las patrullas de la Agrupación de Tráfico, pabellones en estado ruinoso, instalaciones oficiales indignas, etcétera, se sigue sin embargo malgastando dinero y recursos en actos como la citada visita a la bodega, desfiles o peregrinaciones.
Para AUGC resulta absolutamente imperativo que desde el Gobierno se afronte de una vez por todas la modernización y democratización de la Guardia Civil, reconvirtiéndola en un cuerpo policial eficaz y centrado en su misión a la altura de lo que esperan de él los españoles.