Los Guardias Civiles destinados en la Ciudad de Melilla están comenzando a recibir los nuevos cascos, máscaras antigás y protecciones ante los asaltos en ambos perímetros fronterizos. Según anunció la Dirección General de la Guardia Civil, se trata de un total de 250 unidades de ‘material caliente’ para Melilla. Si bien toda dotación es importante, la cantidad resulta muy escasa. La Comandancia de la Ciudad tiene adjudicadas alrededor de la mitad de las unidades –entre cascos, protecciones y máscaras antigás–. La Agrupación de Reserva y Seguridad recibirá los restantes, cuantía también insuficiente para los compañeros que integran la especialidad.
Las necesidades de los Guardias Civiles no quedan cubiertas totalmente. Una vez más, el material tendrá que pasar de unos a otros sin que sea posible un uso individualizado del mismo. La seguridad de todos agentes debería ser una cuestión primordial, más con las situaciones vividas en los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla, pero vuelve a quedar reflejado que la Dirección General no está a la altura de las circunstancias ni de los miembros que prestan servicio.
Las necesidades de los Guardias Civiles no quedan cubiertas totalmente. Una vez más, el material tendrá que pasar de unos a otros sin que sea posible un uso individualizado del mismo. La seguridad de todos agentes debería ser una cuestión primordial, más con las situaciones vividas en los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla, pero vuelve a quedar reflejado que la Dirección General no está a la altura de las circunstancias ni de los miembros que prestan servicio.
Para afrontar y repeler los asaltos no sólo es preciso que se reparta el material el suficiente material de protección para que cada agente disponga del suyo, también es urgente que se incremente la plantilla de la Guardia Civil en ambas Ciudades. Nadie quiere que vuelvan a repetirse situaciones como las vividas en meses anteriores y, sin embargo, la última oferta de vacantes para para Melilla ha sido cero. La falta de información y de protocolos claros de actuación afecta a la organización operativa y el desempeño de trabajo se torna más complicado todavía.
Los efectivos destinados en las Ciudades autónomas se sienten abandonados, siempre están bajo mínimos a nivel de personal y de medios y deberían satisfacerse todas estas necesidades con carácter urgente. Lo contrario sería una irresponsabilidad.