Un ciudadano de una localidad de Huelva portaba en un monedero 12 bolsas de plástico con una sustancia que daña gravemente a la salud y cuatro más de contenido similar en el otro bolsillo del pantalón. Al ser localizado por la Guardia Civil reaccionó violentamente contra dos agentes y huyó campo a través, zafándose mientras se alejaba. Una vez se le dio alcance, se revolvió forma agresiva atacando a los componentes, que precisaron de refuerzos de un Cuartel cercano.
Una vez reducido, los compañeros se dispusieron a introducir al detenido en el vehículo oficial, sin que éste dejase de dar patadas y cabezazos. El número de agentes lesionados ascendió a más de dos. La Audiencia Provincial ha declarado como hecho probado las lesiones ocasionadas a los Guardias Civiles y los dos compañeros defendidos por los servicios jurídicos de AUGC Huelva serán los únicos en percibir una indemnización por los daños sufridos. Gracias a la solicitud del letrado Juan Rodríguez, percibirán una cuantía que superan los 4.000 euros por los daños sufridos en acto de servicio.
El acusado fue declarado insolvente, pero el trabajo del equipo de la Delegación de AUGC ha posibilitado que sea la Administración quien afronte la cuantía indicada. Además, el ciudadano ha sido acusado por cuatro delitos leves de lesiones y por otros tres: Uno por tenencia de sustancias estupefacientes, por amenazas contra agentes de la autoridad y por atentar contra ellos.
Destacamos la importancia de estar siempre bien protegidos y representados en un procedimiento penal, por lo que valoramos este tipo de servicios que presta la AUGC a sus afiliados. No sólo sirven para contribuir a la defensa de los Guardias Civiles, también para reclamar las cuantías económicas más adecuadas a las lesiones en el ejercicio de las funciones. Felicitamos al letrado de la Delegación, Juan Rodríguez, y agradecemos la confianza a los dos compañeros.
A su vez, volvemos a que insistir a las autoridades judiciales en que apliquen el máximo rigor penal y sancionador para este tipo de hechos. Las lesiones, los insultos y las amenazas a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no pueden convertirse en algo habitual. Hay que evitar que se cree la sensación de impunidad que en muchas ocasiones existe ante una agresión a un agente.