Una vez más, constatamos que por parte de algunos altos mandos no se termina de asimilar con normalidad democrática la existencia de las asociaciones profesionales en la Guardia Civil ni los derechos de sus representantes.
El último ejemplo de esta situación lo hemos sufrido en la delegación de Badajoz, que el pasado 23 de noviembre recibía con estupor un escrito remitido por la Escuela de Trafico de Mérida, denegando la entrada a dicha escuela a un guardia civil en situación de retirado –y representante de AUGC en esta provincia, al ser secretario de Comunicación y Vocal de la Comisión de Retirados de AUGC dentro de la JDP de esta provincia.
Dicho representante había solicitado permiso para recoger firmas para impulsar la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) para la eliminación del 30% del Copago farmacéutico, realizada por las asociaciones de Jubilados y Retirados la Policía Nacional y la Guardia Civil.
Anteriormente, este compañero sí había podido acceder a la Comandancia de la Guardia Civil de Badajoz con los pliegos para la recogida de firmas de la citada ILP, tras la concesión por parte de aquélla del debido permiso. Durante su estancia en las instalaciones de la Comandancia y la recogida de firmas, el representante de AUGC observó escrupulosamente todas las medidas anti Covid-19. El pliego fue rubricado por guardias, suboficiales, oficiales y jefes, sin que en ningún momento se le pusiera pega para la recogida de las firmas.
Sin embargo, en el caso de la Escuela de Tráfico se rechazó la solicitud de acceso argumentado que se basaba en un asunto no oficial, y por la situación actual de medidas de prevención ante la COVID-19.
Para AUGC, esta decisión supone un nuevo menosprecio tanto al guardia civil como a la asociación a la que pertenece, pues en dicha Escuela de Trafico, días anteriores, personal de otra asociación sí había estado recogiendo firmas para el mismo cometido.
También se han realizado en dicha Academia otras actividades no oficiales, como una concentración de motos, cuyos participantes se reunieron en el salón de actos.
Desde AUGC vemos esta denegación como una muestra de soberbia y desprecio hacia el guardia civil en situación de retirado o a su propia asociación, al negarle el acceso a Escuela para realizar un cometido que repercutiría en un bien para todos los miembros de la Guardia Civil, desde el primer general hasta el último guardia, por lo que no cabe sino atribuir esta negativa a una clara animadversión contra AUGC y el trabajo que realiza en favor de los derechos sociolaborales de todos los guardias civiles, con independencia de su escala, situación profesional y especialización.