El Boletín Oficial del Estado publicó el pasado sábado la reapertura de las fronteras terrestres de Ceuta y Melilla con Marruecos durante la medianoche del martes. De este modo, hoy vuelven a estar gradualmente operativas después de dos años y dos meses cerradas. Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles entendemos que esta medida repercutirá positivamente a nivel social y económico en ambas Ciudades, pero el Ministerio del Interior debe de dar unas garantías necesarias para los Guardias Civiles que prestan servicio tanto en Ceuta como en Melilla, aumentar el número de agentes en los perímetros fronterizos, dotar de medios para el control de la inmigración irregular y ampliar, tal y como se comprometió y no ejecutó, los espigones de Benzú y del Tarajal.
Como organización mayoritaria en afiliación entre los Guardias Civiles, denunciamos que es necesario que el Ministerio del Interior refuerce la plantilla de agentes y que también haya una dotación suficiente de recursos materiales. Para afrontar el día a día, la inestabilidad migratoria de Ceuta y Melilla y las crisis gubernamentales con Marruecos debe haber un mayor despliegue de efectivos. Recordamos que justo hace un año el Ejército tuvo que trabajar por frenar la avalancha de personas magrebíes que intentaban cruzar ilegalmente la frontera a través de Ceuta. La escasez de agentes no ayudó y no pudieron contener a los migrantes ante la pasividad de las fuerzas marroquíes.
Pero Marlaska parece no recordar situaciones como la del pasado año y ha dado la orden de reabrir las fronteras de las Ciudades. Lo ha hecho de forma precipitada y sin pensar en los Guardias Civiles. Debido a la inacción de Interior, no hay garantías para el servicio que realizan los compañeros desplegados en las fronteras. Los pasos fronterizos han permanecido cerrados durante más de dos años, pero continúan los mismos problemas. Ni agentes suficientes ni material.
Por ello no solo incidimos en la necesidad de aumentar el número de efectivos en la frontera, sino que demandamos una inversión en medios técnicos modernos, eficaces y humanitarios que sean lo menos lesivos posible. En cada crisis migratoria no puede quedar en riesgo la vida de los migrantes y de los agentes. Además, la Administración tiene que dotar a las instalaciones fronterizas de cámaras de infrarrojos, medidas disuasorias y se tiene que proceder a la reapertura de instalaciones oficiales, como puede ser la de Fuerte del Príncipe.
Continuamos esperando todo ello y una mayor garantía jurídica para el trabajo que realizan los Guardias Civiles que controlan los flujos migratorios irregulares. Insistimos en que el Ministerio del Interior tiene que poner a disposición unas instrucciones claras y detalladas sobre la forma de proceder a la hora de llevar a cabo el rechazo en frontera, pues persiste la inseguridad jurídica ante la falta de un protocolo de actuación en perímetros fronterizos.
Después de dos años y dos meses, las fronteras se abren ante la inacción de Interior sobre toda esta serie de aspectos. Los derechos humanos de las personas migrantes tienen que quedar garantizados, también la seguridad de los agentes y el servicio que prestan. Hoy, día 17 y mañana, día 18 de mayo, los máximos dirigentes de AUGC se trasladarán hasta Ceuta con motivo del primer aniversario de la crisis migratoria de 2021.