La complicada semana que se ha vivido en Ceuta a causa de la oleada de inmigrantes que han entrado desde Marruecos ha vuelto a poner en evidencia la falta de medios humanos y materiales con la que trabaja la Guardia Civil tanto en esta ciudad como en Melilla.
Una carencia que AUGC viene denunciando desde hace años, y que convierte a los agentes en auténticos escudos humanos, muchas veces desprotegidos, ante situaciones como la que se ha dado estos días.
Frente a esto, nos encontramos con la paradoja de que España proporciona a Marruecos, como AUGC ha constatado a través de las licitaciones publicadas por el Gobierno en la Plataforma de Contratación del Estado, valioso material técnico y vehículos para uso de la policía del país vecino.
Así, solo desde 2019 se han aprobado licitaciones por un valor total de aproximadamente 35 millones de euros. Entre éstas, por citar solo dos de las más recientes, se incluye una partida de 6.517.000 euros para la adquisición de 98 cámaras visores térmicas refrigeradas portátiles de largo alcance para apoyar al Ministerio del Interior del Reino de Marruecos en el proyecto Apoyo a la gestión integrada de fronteras y de la migración, con garantía técnica y provisión de entrega en Rabat y formación en mantenimiento y uso de dispositivos y posibilidad de proporcionar mejoras. Esta licitación está publicada con fecha del pasado 26 de febrero.
Esta licitación era casi inmediata a la publicación, apenas unos días antes, el 15 de febrero, que anunciaba la adquisición 130 vehículos con rejilla para apoyar al Ministerio del Interior de Marruecos, con un coste de 7.150.000 euros.
Mientras tanto, y ante este gasto, desde AUGC nos seguimos preguntando dónde están los medios para la Guardia Civil, que sigue sufirendo la falta de agentes, vehículos y materiales para combatir la inmigración irregular, tanto en Ceuta y Melilla como en las Islas Canarias y otras costas españolas, como las de Almería y Murcia.
A nadie se le escapa que es necesario el refuerzo de esos medios ante la avalancha de llegada de personas procedentes de Marruecos y otros puntos del norte de África, como se está viviendo estos días en Ceuta.
Por ello, la noticia de estos 35 millones de euros invertidos en los dos últimos años en vehículos de la Policía de Marruecos y otros materiales no deja de provocarnos un enorme estupor. Una situación que, desde luego, resulta muy difícil explicar a los guardias civiles destinados en las comandancias de estas ciudades y provincias.