AUGC ha denunciado públicamente en reiteradas ocasiones la persecución que desde hace varios años sufren sus representantes por parte de algunos altos mandos de la Guardia Civil. Por desgracia, entre la cúpula del Cuerpo todavía son muchos los que no comprenden los mecanismos democráticos que deben regir en un Estado de derecho, y por ello siguen empeñados en represaliar a los legítimos representantes de los guardias civiles por el mero hecho de luchar por defender los derechos de todos los trabajadores.
El último ejemplo de esta actitud retrógrada y oscurantista tiene como víctima al actual secretario general provincial de AUGC Cantabria, Ángel Iglesias Gajate, a quien acaban de abrirle un expediente para retirarle la especialidad de técnico en Desactivación de Artefactos Explosivos (Tedax). Una vez más, el hecho de formar parte de nuestra asociación le ha convertido en diana de la carcundia que todavía impera en los despachos de la Benemérita.
Los hechos con los que justifican este expediente tuvieron lugar en noviembre de 2019, cuando Ángel participó en una intervención a un marcador marino en una playa, pero su comprobador de línea, un artefacto que los artificieros civiles y militares utilizan para asegurarse de que la línea es la correcta, estaba estropeado. El agente, al comprobar esta situación, llevó a cabo una comunicación de riesgo, que es un mecanismo recogido en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales que se aplica a la Guardia Civil.
Resulta lamentable que un trabajador, tras décadas de trabajar al límite en situaciones de máximo riesgo y enfrentándose directamente contra el terrorismo y contra sus bombas en nuestro país, sea expulsado de su especialidad solamente por defender a sus compañeros frente a los abusos de sus superiores.
A raíz de esa comunicación se le abrió un expediente sancionador. Esta falta salió adelante y le suspendieron durante una semana de empleo y sueldo. Ahora, el mismo departamento le ha abierto otro expediente por pérdida de aptitud para expulsarlo de la especialidad.
Esta última falta le llevaría a perder su destino y su condición de técnico de Desactivación de Artefactos Explosivos. Hay que recalcar que todas las evaluaciones que Ángel ha recibido por parte de su jefe de unidad son positivas, por lo que hablamos de un profesional irreprochable en su cometido.
Por el contrario, lo que parece molestar en la Guardia Civil es que un especialista que domina la materia en la que trabaja sea además representante de AUGC, y que en los últimos años haya denunciado faltas de material y desvelado que se trabajaba con material obsoleto, como trajes antibombas con más de 20 años.
Resulta lamentable que un trabajador, tras décadas de trabajar al límite en situaciones de máximo riesgo y enfrentándose directamente contra el terrorismo y contra sus bombas en nuestro país, sea expulsado de su especialidad solamente por defender a sus compañeros frente a los abusos de sus superiores.
Desde AUGC no nos quedaremos de brazos cruzados, y, como siempre, vamos a defender desde nuestros servicios jurídicos los derechos de este compañero y representante asociativo. No es de recibo que a estas alturas todavía exista en la Guardia Civil esta grave carencia democrática que afecta directamente a las vidas de tantos trabajadores honrados.