Hoy, 10 de septiembre, Día Mundial para la Prevención del Suicidio, debe propiciar nuevamente que desde AUGC se recuerde el gran drama oculto que se padece en la Guardia Civil, y que venimos denunciando ante la Administración y la sociedad española desde hace muchos años: la elevada tasa de suicidios entre los trabajadores del Cuerpo, una tragedia que promedia una muerte cada 26 días, muy por encima de la media de la sociedad española y de otros cuerpos policiales.
Frente a esto, desde la Dirección General se ha optado tradicionalmente por negar el problema, quitarle importancia o, en cualquier caso, evitar afrontarlo con medidas concretas, tal y como reclama AUGC: externalización del servicio de atención psicológica, de manera que los facultativos no pertenezcan a la escala de mando; dotación de armeros en todas las unidades; y garantía de que las bajas psicológicas no repercutan en la vida laboral del guardia civil, entre otras medidas.
Lo contrario, como esas charlas que últimamente se ofrecen en las comandancias minimizando el problema, es perder el tiempo y prolongar el sufrimiento.
Y, mientras tanto, el goteo de compañeros que se quitan la vida continúa.