Las condiciones de los policías nacionales desplazados a Cataluña vuelven a demostrar que los guardias civiles son agentes de segunda

No se entiende cómo los dos cuerpos policiales dependientes del Ministerio del Interior operan en Cataluña bajo condiciones tan dispares, en detrimento de la Guardia Civil.

La Guardia Civil sigue siendo la 'hermana pobre' de los cuerpos de seguridad pública españoles, y sus trabajadores son los que más sufren esta situación.

Una vez más queda probado que, en el caso de los guardias civiles, las comparaciones son siempre odiosas. No puede sentirse de otro modo al comparar las condiciones bajo las que están trabajando los policías nacionales desplegados en Cataluña desde hace varias semanas con las que sufren sus compañeros de la Guardia Civil.

En primer lugar, el agravio tiene como base el hecho de que, mientras que los policías nacionales conocen desde un primer momento cuáles son esas condiciones (dietas, descansos, relevos, etcétera), los guardias civiles han sido desplazados hasta esta comunidad autónoma sin ninguna información.

Para Interior, los trabajadores de la Benemérita no deben de merecer saber en qué situación van a trabajar, comer o alojarse, porque de otro modo no se entiende que se limiten a comunicarles desde que se iniciara el operativo, casi de un día para otro, que dejaban de estar al amparo de la Orden General por la que se determinan los regímenes de prestación del servicio, y la jornada y horario del personal de la Guardia Civil, pasando a quedar sin ningún tipo de regulación, realizando exhaustivas jornadas maratonianas y sin descansos semanales. En este sentido, hay que destacar que a los policías nacionales no se les ha suspendido la jornada laboral, excepto esta semana de las elecciones.

Tampoco se les ha informado a los guardias civiles acerca de cuándo serán relevados para regresar a sus hogares, o el incentivo económico que percibirán por tan alto sacrificio y esfuerzo. Igualmente están teniendo problemas para percibir el adelanto de las dietas, por lo que trabajar les está costando dinero que han de poner de su propia cuenta.

Paralelamente, los policías nacionales que viajaban hacia Cataluña ya sabían que podían cobrar el 100% de sus dietas sin justificar, que cada 7,5 horas de exceso de jornada les reportaría el pago de una jornada extraordinaria (entre 80 y 90 euros), aparte de los días libres correspondientes en sus unidades por el exceso de jornada.

Por otro lado, los trabajadores de la Policía Nacional también hicieron las maletas sabiendo que desde su Dirección General se habían preocupado de gestionarles el alojamiento en hoteles con precios pactados que rondan los 40 euros. Por el contrario, los guardias civiles deben tratar de descansar en instalaciones militares, o en otros alojamientos con precios absolutamente dispares, con la complicación y perjuicio que ello supone.

Del mismo modo, los policías nacionales están realizando su servicio en Cataluña con relevos que se producen cada diez o doce días en todas las unidades, sin embargo de manera incomprensible los guardias civiles no solo no han tenido ningún tipo de relevo o permiso para visitar a sus familias, sino que tampoco reciben información sobre esta posibilidad.

Si tenemos en cuenta todas estas circunstancias, el resultado final es que los guardias civiles, como de costumbre, reciben un trato marginal impropio para la profesionalidad que como cuerpo policial merecen. No es de recibo que los dos cuerpos policiales dependientes de un mismo ministerio, como es el de Interior,  sean tratados con tanta disparidad de criterio, por que la consecuencia directa es que la Guardia Civil queda relegada a un cuerpo de seguridad de segunda, y sus trabajadores en una desigualdad manifiesta.

Ante este atropello en los derechos de los guardias civiles, AUGC ha realizado durante las últimas dos semanas la visita a diferentes unidades en Cataluña para interesarse y tener de primera mano los datos y las preocupaciones de los agentes. Además, ya hemos presentado el correspondiente recurso contra la orden dada por el director de la Guardia Civil de anular la norma que regula la jornada laboral y los descansos para los guardias civiles en Cataluña al entender que se ha realizado sin causa justificada y  con incumpliendo a la legalidad.

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