La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Cádiz, que tiene la mayor representación en el seno de este cuerpo de seguridad, denuncia que los agentes se ven obligados a comprar sus propios chalecos antibalas por la carencia de material que sufren. En un comunicado consideran que «resulta incomprensible que los responsables de garantizar la seguridad de los ciudadanos no dispongan de los medios básicos que les ayuden a salvaguardar la suya propia».
El colectivo exige que haya «un chaleco por cada agente», pero asegura que «la actual situación dista muchísimo de acercarse a eso» y alerta de que «deben ser compartidos entre los miembros las unidades». Eso conlleva problemas, como dificultades para que correspondan a la talla y la ergonomía de los efectivos y las que más lo sufren son las mujeres, ya que no disponen de prendas específicas adaptadas a su género.
«Ante esta situación son muchos los compañeros y compañeras que optan por costearse de su propio bolsillo el chaleco antibalas, los cuales tienen un coste aproximado de 600 euros», critica la Asociación de Guardia Civiles. Así, llama la atención sobre la fuerte inversión que supone para los agentes solo por «queres prestar el servicio con seguridad».
La AUGC aprovecha para llamar la atención sobre el momento en el que se producen esta carencias, con una amenaza de terrorismo yihadista. De la misma forma recuerdan que «el Ministerio del Interior ha cursado una orden para que todos los agentes de Policía y Guardia Civil que mantengan contacto con los ciudadanos o custodien algún edificio o instalación porten en todo momento los chalecos antibalas».
De la misma forma, demandan la incorporación de la pistola eléctrica al armamento que han de portar los agentes, puesto que en caso de actuación, esta herramienta permite reducir a un sospechoso sin llegar a hacer uso del arma de fuego.
