Durante la pasada madrugada del jueves 26 de julio, seiscientos inmigrantes, de manera organizada, intentaron acceder a territorio español de manera irregular utilizando métodos violentos y lesivos contra los guardias civiles. El resultado fue 132 migrantes y 11 agentes heridos en una de las entradas más violentas y masivas que se recuerdan.
Es habitual que los inmigrantes, una vez rebasan el perímetro fronterizo, utilicen cubos llenos de sustancias como sangre y excrementos con la finalidad de conseguir que los guardias civiles se aparten y así consigan tener éxito en el asalto; también utilizan objetos punzantes, de fabricación propia, para “el cuerpo a cuerpo” con los guardias civiles, como las cizallas que usan para romper la valla, palos con objetos punzantes en su extremo, y hasta lanzallamas caseros . Cualquier método es bueno para ellos con tal de tener éxito, llegar a España y dejar atrás una vida condenada a la miseria, para empezar una nueva etapa en territorio europeo.
Sin embargo, cada día decenas de guardias civiles prestan servicio en la valla fronteriza de Ceuta y Melilla con el pensamiento puesto en que no se produzcan intentos de asalto durante su jornada, pues la realidad es que es prácticamente nulo el material del que disponen para frenar una entrada masiva. Entre los guardias civiles, aumenta cada día la sensación de abandono institucional, rabia e impotencia al ver como los métodos utilizados por los migrantes aumentan en una escala de violencia, mientras ellos no puedan hacer nada. Y es que en esta última oleada, los asaltantes han ido más allá utilizando material químico -cal viva- que ha sido arrojado directamente a los guardias civiles, provocando heridas de diversidad gravedad.
Para ellos, los guardias civiles que prestan servicio en territorio fronterizo, desde AUGC queremos mostrar todo nuestro apoyo y aliento en la labor, tan sacrificada como anónima, que realizan y por la que sufren tanta presión. Su trabajo es observado con detenimiento, siendo conscientes de que no pueden fallar, pero por otro lado han de realizar su labor sin disponer de medios materiales adecuados y con personal insuficiente para controlar la inmigración irregular. También existen zonas donde las cámaras de visión térmica no llegan a detectar a los inmigrantes. Son zonas de sombra que no quedan cubiertas por las cámaras, y los inmigrantes lo saben.
Por este motivo, AUGC reclama que se permita el uso de medios para el control de masas, como escudos que puedan repeler los productos que arrojan contra ellos, y material antidisturbios que contenga estas entradas masivas. Es importante frenar la llegada de migrantes al otro lado de la valla de Ceuta y Melilla, y esto se conseguirá si la labor de los guardias civiles tiene la eficacia deseada. Igualmente solicitamos que se solucionen los problemas que afectan a las cámaras de seguridad, el aumento del número de agentes en la zona y la dotación de vehículos y material adecuados.