“Su adquisición es necesaria” […]. Es una de las frases que emplea la Dirección General de la Guardia Civil para justificar el gasto previsto de 503.360 euros en la compra de 5.200 armeros para armas cortas. Guardar la pistola reglamentaria y no tener que cargar siempre con ella es más que necesario. Puede ser vital en ocasiones. Hemos conocido cómo han procedido a quitarse la vida algunos compañeros y la lacra del suicidio hay que atajarla de todos los modos posibles: Con armeros, con ayuda psicológica, con la externalización y refuerzo de psicólogos, normalizando los asuntos relativos a la salud mental para que no siga siendo un tema tabú dentro de la Guardia Civil.
La adquisición de armeros para todas las Unidades del Cuerpo es una de las peticiones más reiteradas de la Asociación Unificada de Guardias Civiles y que la Dirección General ha acogido de esta forma. Según uno de los anexos de las cláusulas administrativas del contrato, en 2023 está prevista la entrega de 2.600 armeros, misma cantidad a repartir que en 2024. Las “diversas Unidades” a las que se les hará entrega del material no figuran, pero pedimos más compras de este tipo para que todas las dependencias de España dispongan del mismo. A día de hoy ya debería ser una realidad que los agentes en cualquier destino pudieran guardar el arma asignada en un lugar habilitado dentro de los cuarteles.
Por 80 euros, que es el precio máximo sin IVA que ha fijado la Dirección General de la Guardia Civil para cada armero, podrían salvarse vidas. No obstante, esta compra no es suficiente si no se produce una normalización de los problemas relativos a la salud mental. Hoy en día sigue siendo un tabú dentro de la Guardia Civil y si trasciende que has necesitado o necesitas atención psicológica supone una mancha en el expediente profesional que perjudica ante ascensos o especializaciones. Los Mandos no deberían tener acceso a este tipo de información del agente para ser utilizada con estos fines.
En ocasiones, los propios facultativos pertenecen a la escala de Mando, por lo que la ayuda psicológica tendría que estar externalizada y los Guardias Civiles deberían tener la opción de elegir qué asistencia recibir. Además, el número de psicólogos dentro de las Unidades de Prevención de Riesgos debería aumentar y se debería apoyar un buen protocolo anti suicidios.
Tradicionalmente, la Dirección General ha optado por negar o por restarle importancia al problema, y el camino por recorrer en esta materia todavía es largo, pero valoramos que la Institución al menos haya decidido actuar con esta medida concreta. La compra de 5.200 armeros para guardar el arma corta reglamentaria es un paso para lograr los avances tan necesarios ante una cuestión de tal magnitud.
