El director general de la Guardia Civil ha firmado una resolución por la que declara desierto el procedimiento por el que una entidad ajena al Cuerpo debía concursar por asumir la especialidad preventiva de medicina del trabajo y la vigilancia de la salud de los guardias civiles.
La razón de este ‘desierto’ responde literalmente a este término, dado que, una vez agotado el plazo, no se ha presentado una sola oferta a la Mesa de Contratación. No resulta difícil deducir que la escasa dotación del procedimiento (poco más de cinco millones, para atender a un colectivo de más de 70.000 trabajadores) lo hacían muy escasamente atractivo para las posibles entidades interesadas.
Una vez más, los trabajadores se ven perjudicados con el doble rasero que se aplica en el Cuerpo. Así, mientras que año tras año se dilapida el presupuesto en desfiles y demás fastos, los agentes de base se quedan sin poder acceder a un servicio de salud por la racanería y falta de interés de la Dirección General en la promoción de la oferta.
Cabe recordar, en este sentido, que la dotación en gastos de protocolo y representación en la Guardia Civil constituye la única partida en la que este cuerpo supera a la Policía Nacional en los Presupuestos Generales del Estado.
Lamentablemente, se vuelve a evidenciar que a la Dirección General le siguen preocupando más las apariencias y el bienestar de sus generales que la salud y los derechos de sus trabajadores.
