Mientras que el Gobierno y la Dirección General de la Guardia Civil siguen sacando pecho con motivo del trigésimo aniversario de la incorporación de la mujer al Cuerpo, obviando la discriminación que ésta sigue padeciendo en la institución, se producen situaciones que vuelve a poner en evidencia la prepotencia y la falta de respeto hacia las guardias civiles.
Era su día libre, pero eso no fue impedimento para que recibiera una llamada ordenándole presentarse al día siguiente en Madrid para formar parte del ensayo del acto que hoy viernes se llevará a cabo en la Dirección General en conmemoración de este aniversario.
Por si la orden, conminándola a presentarse de un día para otro en la capital, no constituyera suficiente abuso, se le informó además de que no era posible facilitarle alojamiento alguno. De este modo, la joven agente, destinada en una provincia situada a más de 500 kilómetros de la capital, ha tenido que buscar por sí misma un hotel en una localidad situada a las afueras de Madrid. Dada la ridícula dieta prevista para el alojamiento de los guardias civiles comisionados, menos de cincuenta euros, resultaba imposible encontrar en ese lapso de tiempo algo asequible en un lugar más próximo.
Hablamos de un acto previsto desde hace meses, no de un suceso inesperado al que hubiera que dar rápida respuesta. Pero ello no ha sido obstáculo para imponerle una comisión en medio de su día libre, que ha tenido que emplear en viajar precipitadamente durante varias horas a Madrid, buscando por sí misma un alojamiento muy alejado de la Dirección General. Una comisión forzosa sin compensación alguna y con la exigencia y el autoritarismo por bandera.
Además, el caso de esta compañera, según ha podido comprobar ella misma ya en Madrid, no ha sido sino uno más entre otros muchos que se han producido de la misma manera.
¿Es ésta la Guardia Civil moderna, integradora y comprometida con la igualdad de género que nos venden a través de los medios de comunicación? Desde AUGC lo tenemos muy claro: boato y fanfarria pasajera que quedará olvidada al día siguiente. Olvidada igual que las propias normas que rigen el trato y la relación con los propios trabajadores, como en el caso que aquí se cita.
Buena prueba de ello es la Resolución de 9 de febrero de 2018, conjunta de la Secretaría de Estado de Función Pública y de la Secretaría de Estado de Presupuestos y Gastos, por la que se dictan instrucciones sobre comisiones de servicio con derecho a indemnización (BOE núm. 40, de 14 de febrero de 2018), en la que se dice que “las comisiones de servicio han de tener entrada en esta Dirección General (de la Guardia Civil), al menos con siete días de antelación –salvo excepciones-.
Es decir: la Guardia Civil exige a los agentes comisionados que soliciten a la institución la reserva de sus viajes y alojamientos con “al menos” siete días de antelación”, denegando esta gestión si, por descuido u otra causa, la solicitud se realiza fuera de ese plazo. Sin embargo, para ordenar a una agente que se presente en Madrid de un día para otro no existe esa limitación. Suponemos que será uno de esos casos “salvo excepciones”, siempre a criterio del mando.