A propuesta del Secretario de Estado y del Director General de la Guardia Civil, el Ministro del Interior ha nombrado como jefe del gabinete de la Dirección General de la Guardia Civil al general de la Guardia Civil, Antonio Tocón Díez.
Al respecto de este tipo de nombramientos, AUGC sostiene que la Dirección General precisa de un gabinete con un responsable civil, en el que se integren otras personas con el empleo suficiente, pero con responsabilidades de asesoramiento técnico y no político.
Pero en este caso a la disconformidad se une la incredulidad de los guardias civiles, dado el mando militar que se ha escogido para tan complejas responsabilidades. No es para menos, porque la lista de desaciertos y agravios hacia los guardias civiles, en general, y hacia las asociaciones profesionales en particular, han plagado la carrera profesional de este oficial allá por donde ha ejercido funciones de jefatura.
Y no será porque AUGC no lo haya señalado; pues ya se trasladó esta actitud a toda la cúpula del Cuerpo, presente en el Pleno del Consejo de la Guardia Civil de septiembre del año pasado, a raíz de la polémica que ha supuesto las sanciones de pérdidas de destino a cuatro guardias civiles de Cádiz, por el único delito de testificar la verdad en sede judicial.
En esta sesión, AUGC expresó que según su criterio, los problemas enquistados en la comandancia de Cádiz, partían de una mala gestión de personal del entonces jefe de comandancia –nuestro ya omnipresente Antonio Díez – el cual ejerció una presión inusitada sobre los mandos intermedios, para que a su vez estos la repercutieran en el resto de guardias civiles bajo su responsabilidad. Lo que a su vez generó, y sigue provocando aún hoy día, una división y un mal clima laboral que tardará años en reconducirse entre los miembros del Cuerpo destinados en esta provincia.
Parece claro que hay hechos y actuaciones de determinados responsables de unidades, como el ahora general Antonio Tocón Díez, que deben hacernos cuestionar que el sistema de elección y ascenso a los empleos más altos y la asignación de mando a las unidades en la Guardia Civil, deja mucho que desear y vuelve a evidenciar la necesidad de modernización de la gestión de los recursos humanos en la Guardia Civil.
Porque lejos de pasarle factura, este mando fue ascendido y premiado, nada menos que con la jefatura de la zona de la Guardia Civil de Aragón. Donde por supuesto siguió demostrando y actuando con la valoración tan negativa que tiene frente al legítimo ejercicio del derecho de asociación profesional. Donde su máximo interés fue cerrar el local que disponían las asociaciones en la comandancia de la Guardia Civil de Zaragoza, aduciendo que necesitaba ese espacio para ubicar unidades operativas.
Y ello por no hablar de que algunos de sus “logros” ha sido instalar en esa comandancia una peluquería exclusivamente para hombres, y otras medidas que ponen en tela de juicio las políticas de igualdad, llegándose a expedientar disciplinariamente a los representantes de AUGC en Aragón por denunciar estas prácticas; así como la no renovación de la aplicación de los planes concilia.
Sin embargo, a la vista de los hechos, comprobamos que a este mando se le vuelve a premiar dándole un cargo de confianza, y haciéndolo “mano derecha” del actual Director General de la Guardia Civil.
Desde luego, y aunque las personas pueden cambiar, desde AUGC no podemos menos que desconfiar de la trayectoria de Antonio Tocón Díez, y en consecuencia guardamos nuestras reservas porque los hechos nos dicen que sin duda, y más que otra cosa, será un obstáculo para el avance de derechos para los guardias civiles, y por tanto consideramos enormemente desacertado este nombramiento.
La apuesta por esta persona pone en cuestión todas las afirmaciones del Director General de buscar soluciones y un nuevo clima de relación con las asociaciones. Es un grave error. El gabinete no es un destino más. Y por ello su dirección no puede proveerse como si lo fuera.