Los Guardias Civiles de la Agrupación de Tráfico estamos cansados de ser números en una estadística alimentada de manera voraz mediante las denuncias interpuestas a los ciudadanos que cometen infracciones en las diferentes vías. Vamos a continuar velando en las carreteras y vigilando la seguridad de los habitantes, pero tenemos el firme convencimiento de que el método para lograr esa seguridad no son las denuncias. Por ello, entre otros motivos, estamos valorando la realización de una campaña para concienciar a los ciudadanos sobre determinadas infracciones, dejando en segundo plano la opresión. Es una labor más adecuada que la represión pura que se nos exige a través de un sistema perverso de valoración individual al que van ligadas las retribuciones de los Guardias Civiles de Tráfico.
La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil es un barco a la deriva a la que el propio Gobierno de la nación está torpedeando ante la pasividad de quienes deberían capitanearlo. El Ministro Marlaska y el Director General de Tráfico, el Sr. Peré Navarro, ignoran a la Guarida Civil y nos menosprecian por numerosos motivos.
El más actual se produjo semana anterior. Asistimos a un cambalache político en el que se anunció la pérdida de competencias de la Guardia Civil de Tráfico en la Comunidad Foral de Navarra. Es el inicio del lento pero inexorable proceso de desmembramiento de la Agrupación de Tráfico y no hay certeza alguna sobre el futuro de los compañeros destinados en Navarra. No sería demasiado aventurado pensar que nuevos pactos políticos condenen a los Guardias Civiles de a la expulsión de territorios como Galicia, Canarias, Valencia o Andalucía en el plazo de uno, cinco o diez años.
Lamentablemente, esto no es todo. Estamos viendo cómo el Gobierno desprecia a la Guardia Civil, a los miembros del Cuerpo y a lo que se representa. Hay licitaciones irrisorias que quedan desiertas o son cubiertas por empresas que no garantizan la prestación de los servicios. Se pueden citar numerosos casos, como la limpieza de las instalaciones, algunas de las cuales llevan casi un año en condiciones deplorables; las prendas de abrigo o de lluvia que los Guardias Civiles esperamos desde hace más de dos años; los cascos que no llegan para los compañeros que prestan servicio en moto; los chalecos airbag cuyas pruebas se eternizan; las armas cortas de la marca “Ramón” que no garantizan la realización de disparos sin interrupciones; las fundas de extracción rápida; los chalecos antibalas; y un largo etcétera.
Recordamos también que los miembros de la Agrupación riegan literalmente con su sangre las carreteras españolas, no en vano es la especialidad con más fallecidos en acto de servicio de la Benemérita. Recordamos que hace casi dos años prometieron la irrisoria cantidad de 57 euros para recompensar su penosidad y ni siquiera eso cumplen, también recordamos que el Sr. Ministro afirmó que ningún Guardia Civil iba a abandonar Navarra. Somos el Cuerpo policial que trabajamos más horas y los que menos cobran; seguimos sin prendas de abrigo, sin limpieza en nuestras instalaciones, sin cascos, sin chalecos airbag, sin que reconozca nuestro riesgo, nuestra sangre, nuestra dignidad. Somos más de 9.000 agentes cansados de recordarles promesas que no tienen ninguna intención de cumplir.
Tengan en cuenta que tenemos la fuerza, la valentía y la unión para exigir que cumplan sus compromisos. Vamos a utilizar todos los medios a nuestro alcance que estén previstos en el ordenamiento jurídico para que así sea. Los Guardias Civiles estamos enfadados y cansados de sentirnos unas herramientas desechadas en función de los vaivenes políticos, pero no estamos derrotados. No vamos a ser cómplices del desmantelamiento de las estructuras del Estado por la vía de hecho de no dotarnos de material, de incentivos ni de derechos laborales para hacer nuestro trabajo ante la pasividad cómplice de una cúpula más preocupada de sus medallas y sus ascensos que de la propia Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.
NO SOMOS MONEDA DE CAMBIO.