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El lunes 27 de abril el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, contestó a una pregunta acerca del superior número de contagios por coronavirus entre los miembros de la Guardia Civil en comparación con los de la Policía Nacional (casi el triple, según fuentes oficiales) y su respuesta fue la siguiente: “Me parecería un poco aventurero sacar una conclusión, pero una de ellas es que en la Guardia Civil normalmente existe mayor convivencia, compartiendo pabellones, pero este es un elemento de otros plurales”.
O sea que no quiere ser 'aventurero' y a renglón seguido aventura una hipótesis intentando a la vez guardar los muebles: “pero este es un elemento de otros plurales”. No obstante la idea ya está lanzada y solamente hay que esperar a que germine en las mentes de aquellas personas desconocedoras de la materia.
Seguramente a estas alturas hay un buen número de ellas que se piensa que eso “compartir pabellones” es como si l@s guardiaciviles y sus familias morasen en una especie de edificio grande donde todos conviven juntos a la par que revueltos en buena armonía. Si este señor se dejara de especulaciones tendentes a desviar la atención del grave problema, procuraría enterarse de que en la Benemérita existen alrededor de 30.000 pabellones para una plantilla que supera las 80.000 personas en Activo o Reserva con destino.
Y que de ellos, aproximadamente una tercera parte están en mal o muy mal estado de conservación (según la propia Dirección General) y por esa causa, aunque no sea la única pero sí la principal, hay varios miles de pabellones no ocupados actualmente. Por tanto, la incidencia que pueda tener esa circunstancia en el asombroso número de contagios en el Instituto respecto a otros cuerpos policiales, sería anecdótica en todo caso.-
Las principales causas de esta desorbitada diferencia radica en otros factores que la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) lleva denunciando interna y públicamente desde la declaración del Estado de Alarma. La insuficiente dotación de medios de protección individual, parcialmente paliado con el paso del tiempo, tiene mucho que ver con estos nefastos datos.
Si a lo dicho se le unen otras circunstancias como por ejemplo la prohibición de usar mascarillas a no ser que se tuvieran fundadas sospechas de que se estaba interactuando con algún ciudadano contagiado por coronavirus o, también, la negativa a poner en cuarentena a compañeros que presentaban síntomas o convivían con personas contagiadas por el simple hecho de que no se tenía la certeza de infección, se comienzan a atisbar las verdaderas razones.
Que alguien con una responsabilidad ministerial aventure que tal disparidad de guarismos tiene alguna relación con “compartir pabellones” resulta de una hipocresía galopante
Y al hilo de lo expuesto cabe hacerse una pregunta, ¿cómo se puede tener certeza de contagio cuando resultaba casi imposible realizarse un test para comprobarlo? Hay que recordar que el 23 de abril el propio Marlaska reconocía que tan solo se habían realizado 5.000 pruebas diagnósticas entre los 170.000 funcionarios que suman la Guardia Civil, la Policía Nacional y Prisiones.-
Pero no queda aquí la cosa porque igualmente hay que buscar respuesta al hecho de que en la Policía Nacional, a fecha 27 de abril, hubiera 715 agentes contagiados mientras en la Benemérita el número se situaba en los 2.120. Y esas son cifras oficiales, que no reales, ya que las de verdad no se sabrán nunca, en primer lugar por la antedicha ausencia de pruebas diagnósticas suficientes y también porque muchos agentes que han superado la enfermedad con síntomas leves no cuentan en esa estadística de contagios al no estar confirmados sino que, con suerte, van a parar a la estadística de 'cuarentena' y esa sí resultaría mareante de conocerse sin tapujos.
Que alguien con una responsabilidad ministerial aventure que tal disparidad de guarismos tiene alguna relación con “compartir pabellones” resulta de una hipocresía galopante. Básicamente, la Guardia Civil y la Policía Nacional realizan el mismo tipo de servicio, la seguridad ciudadana, por lo que, como mucho, podría haber cierto desequilibrio en atención a la demarcación en la que cada Cuerpo desarrolla sus funciones aunque el mismo no sería tan marcado y, quizás, ni siquiera en detrimento de la Benemérita. Entonces, ¿que está pasando?
Pues lo que ocurre es la diferente manera de encarar la forma de trabajar. Mientras que en la Policía Nacional se ha procurado conformar turnos de servicio al objeto de minimizar los cambios de pareja, en la Guardia Civil esa práctica es minoritaria y depende siempre de las ganas y el talante de cada jefe de Unidad. Lo normal es que se explote al máximo la disponibilidad de los guardiaciviles a la hora de trabajar sin pararse a pensar en las consecuencias a medio plazo.
Han intentado buscar una excusa barata con el fin de obviar la triste y cruda realidad. Y ese pretexto lo han encontrado en el factor diferencial entre Benemérita y Policía Nacional
Pongo un ejemplo: hace unas jornadas, en un Núcleo Operativo conformado por cinco cuarteles, prestaron servicio de mañana seis patrullas (una de ellas unipersonal), en horario de tarde tan solo había efectivos suficientes para sacar una patrulla, y en horario de noche dos patrullas más. Pero no termina aquí la cosa dado que uno de los Comandantes de Puesto de ese Núcleo Operativo decidió salir a patrullar en horario de mañana, lo cual es de resaltar, aunque finalmente lo hizo en solitario, constituyéndose en una segunda patrulla unipersonal. Ineptitud en estado puro.
Lo que yo creo, y así lo expresé en una entrevista radiofónica en el programa 'La Ventana Indiscreta' de Radio Las Palmas, al día siguiente de las declaraciones de Marlaska, es que han intentado buscar una excusa barata con el fin de obviar la triste y cruda realidad. Y ese pretexto lo han encontrado en el factor diferencial entre Benemérita y Policía Nacional: “normalmente existe mayor convivencia, compartiendo pabellones”.
Pues si por ello fuese, los familiares directos de guardiaciviles deberían tener el triple de contagios que los de la Policía Nacional, digo yo. Pues mire usted, señor ministro, el factor o factores diferenciales radican mayormente en saber y querer adoptar las medidas organizativas adecuadas para combinar el necesario e imprescindible servicio al ciudadano y la salud de los trabajadores que lo prestan. Es más, en mi opinión y parodiando sus palabras, diré que “Me parecería un poco aventurero sacar una conclusión, pero una de ellas es que la Guardia Civil tiene carácter militar, pero este es un elemento de otros plurales”.