AUGC ha denunciado en reiteradas ocasiones la detracción de guardias civiles de sus misiones habituales en la protección de los derechos y las libertades de los ciudadanos, para realizar funciones anacrónicas participando en desfiles castrenses. Se trata de una práctica que supone un claro gasto económico así como un perjuicio al ciudadano, que ve mermado el dispositivo de agentes previstos para su seguridad en favor de la vanidad de los generales.
El último ejemplo de esta disparatada y fatua práctica lo encontramos en Extremadura, donde durante este próximo fin de semana se van a retirar a docenas de agentes de sus servicios en Cáceres y Badajoz para dedicarlos a ensayar de cara a un desfile que se celebrará el lunes en esta segunda ciudad. A estas docenas de agentes cabe añadirse un buen número de vehículos oficiales.
En concreto, los ensayos para el desfile supone la anulación de servicios de unidades que deberían atender el orden público en la localidad de Coria, donde ese día se celebra la Romería de la Virgen de Argeme, a la que todos los años acuden cientos de personas desplazadas desde toda la provincia.
Esta situación ya tuvo precedente en Extremadura a principios de este año, cuando de cara a la toma de posesión del General se anularon servicios destinados a seguridad ciudadana para desfiles y actos de oropel que de nada sirven a los ciudadanos, y sí únicamente para alimentar la vanidad de algunos altos mandos.
Se trata, además, de actos que tienen lugar cuando seguimos estando en alerta antiterrorista de nivel cuatro (sobre cinco), lo que hace aún más grave esta detracción de efectivos de la seguridad pública.
Desde AUGC lamentamos profundamente que persistan este tipo de situaciones en la Guardia Civil, que no sólo la alejan de su principal misión, que es la de proteger a los ciudadanos y hacer cumplir las leyes, sino que reflejan el carácter rancio de una institución que sigue muy alejada de los parámetros mínimos de democracia y modernidad exigibles.