La Comandancia de Algeciras impone a sus trabajadores la jornada semanal de cuarenta horas para compensar sus nulas medidas organizativas

La Guardia Civil vuelve a tratar de compensar su falta de medios sobrecargando a los agentes y dificultando con ello aún más su ya de por sí complicada conciliación laboral y familiar.

Vista aérea de la bahía de Algeciras.
Vista aérea de la bahía de Algeciras.

La Comandancia de Algeciras acaba de anunciar a sus trabajadores la ampliación temporal por necesidades de servicio de su jornada laboral de las 37,5 horas semanales actuales hasta las 40. Así, como en anteriores ocasiones, la Guardia Civil vuelve a tratar de compensar su falta de medios sobrecargando a los agentes y dificultando con ello aún más su ya de por sí complicada conciliación laboral y familiar.

Además de tratarse de una flagrante vulneración de la Orden General de Jornada Laboral, esta imposición demuestra las nulas medidas organizativas que siguen imperando en la Guardia Civil. Teniendo en cuenta que, tal y como ha sido reconocido por el propio jefe de la Comandancia, en Algeciras está completo el catálogo de puestos de trabajo, resulta insólito que se requiera este refuerzo a costa de los propios guardias civiles allí destinados.

Una vez más se impone, por lo tanto, el recurso más fácil para paliar la falta de previsión, y como siempre lo paga la parte más débil de la cadena: los guardias civiles de base.

De esta manera se sigue ignorando o aplazando sine die la necesidad de plantear reformas estructurales, atendiendo a la necesidad de un nuevo modelo policial en España, reforzar las plantillas o afrontar la reorganización territorial imprescindible en la Guardia Civil.

Por el contrario, se impone a los trabajadores una ampliación de su horario de trabajo sin ofrecerles a cambio la posibilidad de acogerse a ellos en calidad de servicios extraordinarios debidamente recompensados, circunstancias que para muchos compañeros sí podría constituir una opción de interés.

En este sentido, desde AUGC no podemos dejar de reclamar una vez más la reforma de la Orden General de Productividad, que tanto discrimina a los guardias civiles en beneficio de los altos mandos.

Esta cuestión, al igual que el reparto de medallas, sigue suponiendo una escandalosa desigualdad que una Guardia Civil que aspire a convertirse en un cuerpo policial moderno y democrático no se puede seguir permitiendo.

Sobre esta cuestión, cabe recordar que este próximo domingo entra en vigor la regulación que obliga a las empresas a llevar un registro diario de los horarios de la jornada laboral de cada uno de sus empleados. Un control y una garantía para que no se abuse de los trabajadores con horas extra no abonadas. Paradójicamente, los trabajadores de uno de los cuerpos policiales encargados por velar por el cumplimiento de la ley ven cómo se amplía su jornada unilateralmente y sin poder acogerse voluntariamente a la posibilidad de percibir unos beneficios extra.

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