Luis Zorita es un guardia civil destinado en el servicio de Seguridad Ciudadana en la localidad leonesa de Matalallana de Torio. Durante dos semanas, desde que tomó el pasado jueves un avión junto con su hermano Juan Carlos, policía local, Luis seguirá trabajando por los demás, pero en este caso sin uniforme y a miles de kilómetros de su puesto de trabajo.
Porque ambos hermanos han viajado hasta la India, en una iniciativa que se costean ellos mismos, descontando de sus vacaciones los quince días que abarca su proyecto. Una circunstancia que destaca Santiago Duarte, secretario provincial de la delegación de AUGC en León, quien explica que desde la asociación se está tratando de gestionar la concesión de una comisión de servicio que le permita a Luis conservar esos días para su descanso.
El objetivo del proyecto es enseñar técnicas de defensa personal a mujeres susceptibles de convertirse en víctimas de violencia de género. «Siempre se trabaja con la Policía, con los juzgados, con los médicos. Todo eso es a posteriori, pero de prevención no se trabaja tanto», explican en relación al nacimiento de la iniciativa. «La violencia de género empieza con catorce años, ya hay comportamientos que hay que detectar y más en países de estas características, donde hay un machismo tremendo», reconocen en una entrevista concedida al Diario de León.
Los talleres no se tratan solamente de defensa personal «sino también de la forma de actuar ante un maltratador. Hay que dar a estas mujeres autoestima, seguridad y enseñarlas a manejar estas situaciones». Recuerdan siempre una anécdota durísima: «El violador de Boston reconocía que solamente había consumado el ataque sobre aquellas mujeres que le dejaron. Hay que conseguir a toda costa que el miedo no las paralice», aseguran.
Los hermanos Zorita explican la razón del destino elegido: «La India siempre nos llamó la atención. Es un sitio al que queríamos ir de siempre y más viendo las noticias que han ido saliendo. Todavía hay partes de la India en las que cuando muere el marido, se quema a la mujer. Y donan las niñas a los templos como juguetes sexuales... Es tremendo. Queremos trabajar con mujeres y niños. Allí el tema de las agresiones sexuales es horrible. No hacen nada para prevenirlo».
Desde AUGC seguiremos atentos el desarrollo de esta altruista aventura de este compañero, que a la vuelta del viaje nos hará un relato pormenorizado del mismo.