La acción rápida y decidida de un guardia civil fuera de servicio salva la vida de un joven que había sufrido un ataque en plena calle

En la localidad murciana de Águilas. El agente se ejercitaba en un gimnasio cuando oyó una petición de socorro. Un joven se había desplomado al sufrir una crisis epiléptica.

Los hechos tuvieron lugar frente al gimnasio donde se ejercitaba el guardia civil fuera de servicio, en la localidad murciana de Águilas.
Los hechos tuvieron lugar frente al gimnasio donde se ejercitaba el guardia civil fuera de servicio, en la localidad murciana de Águilas.

Una vez más, la decisión y el conocimiento de un guardia civil ha contribuido a salvar una vida. En este caso la acción ha tenido lugar en la localidad murciana de Águilas, donde el pasado 19 de junio, encontrándose fuera de servicio, se ejercitaba en un gimnasio Álvaro Pérez, agente destinado en la vecina Lorca.

Álvaro observó entonces a una mujer muy nerviosa y alterada, la cual entre sollozos y gritos, pedía ayuda urgente. Con gran diligencia acudió en su compañía a las inmediaciones del gimnasio en el que se encontraba un hombre joven, tirado en el suelo, en estado de inconsciencia y con insuficiencia respiratoria, y que al parecer había sufrido un ataque epiléptico, golpeándose en la cabeza al caer desplomado.

Inmediatamente y sin dudarlo un segundo, el agente inició las técnicas de reanimación, no sin antes desbloquearle la lengua para que pudiera respirar, consiguiendo que se mantuviera vivo hasta la llegada de los servicios médicos del 112, que habían sido avisados con anterioridad.

Finalmente, y tras un cuarto de hora de angustiosa espera, llegaron al lugar dos patrullas de la Policía Local de Águilas y una ambulancia medicalizada, y una vez la víctima fue estabilizada por los médicos, se realizó traslado al servicio de urgencias del Hospital Rafael Méndez de Lorca, en el cual permaneció, según se pudo saber, unas 24 horas en observación, hasta recibir el alta médica.

La acción de Álvaro evitó a buen seguro males mayores a la víctima, y quién sabe si incluso salvó su vida. El propio padre del joven afectado remitía días después una carta a la Guardia Civil agradeciéndole su actuación. Una intervención que, si se cumplen las intenciones formuladas por sus superiores, le valdrá a Álvaro una anotacion positiva en su hoja de servicios

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