Desde la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF Navarra – Área de Policía), la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) y el Sindicato de la Policía Foral (SPF), se ha celebrado el pasado viernes 13 de abril en Navarra la I Jornada versada sobre el Suicidio y su prevención dentro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
El fin no es otro que buscar compromisos políticos, sociales y profesionales para que este problema pueda ser comprendido y se prevenga con las herramientas adecuadas.
El encuentro ha reunido a algo más de 80 profesionales de diferentes ámbitos que comparten responsabilidad dentro de los diferentes Cuerpos de Seguridad y de las Fuerzas Armadas, así como profesionales del sector de la psicología entre otros profesionales y organizaciones, a los que también se han unido representantes de partidos políticos como UPN, PSN, PPN y Ciudadanos.
En el seno de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, se da una doble vertiente, por una parte sus componentes no son ajenos a estas situaciones, dándose tasas de suicidio preocupantes y por otra, generalmente, son los primeros en acudir a los suicidios, previamente a su comisión, cuando se han intentado sin consumarse o bien ya consumados, así como también deben entrar en contacto con familiares.
Durante las distintas ponencias se han abordado temas como: la falsa idealización de los actos, los falsos mitos, la falta de información, así como distintas herramientas para la prevención.
Por otra parte, tomando como base los estudios reales se determinan como factores muy a tener en cuenta la fatiga mental, diversos efectos psicológicos nocivos, el dramatismo de los hechos y las circunstancias concurrentes antes, durante y tras el suicidio.
En un apartado especial se ha analizado la labor y efectos sobre el policía como primer actuante.
Para afrontar el problema se concluyen varios aspectos. No se deben silenciar los hechos, como en el caso de cualquier problema hablar del suicidio no es malo ya que la primera medida para buscar la solución es tomar conciencia del alcance y efectos del mismo. Se deben realizar análisis multidisciplinares, el desencadenante puede ser único, pero confluyen muchas circunstancias y puede trabajarse con distintas disciplinas. Se debe integrar más a la salud mental como parte de la salud laboral, en el mundo occidental en que vivimos en el que las necesidades básicas están cubiertas hay individuos a los que es necesario guiar hacia el positivismo.
En todo caso es necesario crear varios tipos de perfiles sociales y laborales que permitan comprender este tipo de conductas con objeto de anticiparse, detectar posibles trastornos y prevenir riegos. Los medios sanitarios, laborales y sociales deben dotarse de herramientas de detección y posteriormente de prevención.
Por último, se han apuntado como nuevos retos, la visualización del problema como tal, potenciar la salud mental como síntoma real y necesario para una buena salud, la reflexión sobre la situación actual en cuanto a si las herramientas de las que se dispone son las adecuadas al siglo en que vivimos, o si realmente se están usando herramientas del siglo XX en la era tecnológica del siglo XXI. También se pretende buscar la colaboración en el papel determinante que tienen hoy en día los medios de comunicación y sus libros de estilo y por último como elemento indispensable el compromiso institucional que permita dotarse de partidas presupuestarias para la creación de los programas necesarios.
El carácter de los ponentes ha sido de tipo técnico y con diferentes enfoques, sin olvidar el aspecto humano. La jornada ha contado con las ponencias de Gustavo Galarreta analista en seguridad de diferentes cuerpos policiales, Carlos Moreira policía municipal de pamplona psicólogo especializado en estas conductas, Francisco Guerrero guardia civil psicólogo clínico, Gabriel González periodista especializado en sucesos, Eduardo Sainz de Murieta policía foral jefe del área de investigación criminal, Alfonso Echavarri psicólogo, director técnico del teléfono de la esperanza y la clausura ha corrido a cargo de Elena Aisa Lusar, representante de la Asociación Besarkada de personas afectadas por el suicidio.