Crece la preocupación por la seguridad tras el crimen del joyero de Carmona

AUGC ya denuncó hace meses la necesidad de reforzar las plantillas en la provincia de Sevilla

Un guardia civil frente a la joyería donde se produjo el crimen.
Un guardia civil frente a la joyería donde se produjo el crimen.

El pasado 27 de julio la Asociación Unificada de Guardias Civiles envió a los medios un comunicado de prensa con el siguiente titular, “LA LLEGADA DE 61 NUEVOS GUARDIAS CIVILES NO COMPENSA LA ESCASEZ DE PLANTILLA DE LA GUARDIA CIVIL EN SEVILLA”, donde se denunciaba que los escasos 61 guardias civiles alumnos que realizarán en la provincia su periodo de un año en prácticas son a todas luces insuficientes para paliar la alarmante escasez de plantilla en la provincia. Y es que no debemos olvidar que estos guardias civiles se encuentran en periodo de prácticas, y por tanto en periodo de formación, sin poder realizar servicios salvo que se encuentren acompañados con un guardia civil profesional.

Desgraciadamente tras los hechos luctuosos de la semana pasada, con el homicidio de un joyero y atraco a su establecimiento en la localidad de Carmona, junto con la también muerte violenta de un comerciante de nacionalidad china, se pone de manifiesto, una vez más, la imperiosa necesidad de que el Gobierno acometa de una vez por todas un claro esfuerzo en materia de seguridad pública para afrontar estos problemas delincuenciales, así como otros que actualmente se encuentran en auge como es el narcotráfico y la inmigración.

Desde AUGC venimos denunciando que el actual modelo policial se encuentra caduco, que necesita una revisión y cambios con pasos firmes y valientes para redefinir un nuevo sistema de seguridad ciudadana. Hay que hacerlo sin más demora, puesto que urge una reestructuración integral de la Guardia Civil donde de una vez por todas se utilice todo el potencial de servicio del que se dispone en la provincia, trasladando unidades inoperativas, con Casas-Cuarteles cerradas la mayoría de los días de la semana, y patrullas que, debido a la falta de agentes, tienen que cubrir grandes extensiones de demarcación, y todas las incidencias que el ciudadano requiere. La redistribución de las unidades de la Guardia Civil haría reducir los tiempos de llegada ante cualquier necesidad y aumentaría la presencia de agentes en las vías públicas.

Asimismo, la propia normativa interna sobre incentivos al rendimiento, la cual regula las cuantías económicas derivadas de la prestación del servicio, prohíbe que se puedan realizar servicios extraordinarios abonados, al contrario que en otros cuerpos policiales, como la Policía Nacional, ya que ese dinero en la Guardia Civil se reparte en su mayoría en las escalas de mandos, quedándose así un 10% del colectivo (los mandos) la mitad de la partida total destinada a productividad. Igualmente, el aumento del trabajo administrativo, que también detrae a más personal de nuestras calles, así como las continuas y constantes comisiones de servicios a otras unidades, que en algunos casos dejan muy mermadas algunas unidades, hacen que disminuya exponencialmente la calidad en la seguridad pública, que es en definitiva lo que le preocupa al ciudadano. En definitiva, la escasez de plantilla unida a una nefasta gestión de los recursos humanos disponibles condiciona el servicio prestado al ciudadano.

El aumento del número de agentes daría mayor presencia en nuestras poblaciones, algo que redundaría en una mayor eficacia para combatir la delincuencia. Pero es que además de esta falta de personal, hemos de añadir otra característica propia de un cuerpo fuertemente militarizado y jerarquizado, pero que el 90% de sus acciones son con el ciudadano, es la ausencia de unas relaciones laborales modernas por falta de empatía y liderazgo en numerosos casos, puesto que se da mayor importancia al  cumplimiento de una vasta normativa militar, que en nada benefician al ciudadano.

La situación específica que vive el Puesto Principal de Carmona, localidad para la que recientemente su alcalde solicitaba mayor presencia policial, es un claro ejemplo de todo esto que denunciamos, aunque la situación es extensiva a prácticamente toda la provincia de Sevilla en el ámbito de Guardia Civil. Una unidad, la de Carmona, que no hace mucho tiempo era la envidia de la mayoría de unidades de la provincia por su potencial de prestación de servicio, y que actualmente, por una nefasta gestión de los recursos humanos, sufre un porcentaje de absentismo laboral desbocado gracias, en parte, a esa falta de empatía de algunos responsables de la unidad para con sus trabajadores, que tan solo se preocupan de hacer cumplir sus órdenes a fuerza de imponer las mismas bajo amenaza del régimen disciplinario, sin involucrar a los agentes bajo su responsabilidad en la toma de decisiones de la unidad, con el espíritu de colaboración y trabajo en equipo que debe imperar en todas las unidades del Cuerpo.

Desde AUGC solicitamos al Delegado del Gobierno en Andalucía que sea valiente y no tape este problema como se suele hacer en otras ocasiones, que no es otra que comisionar temporalmente a algunos efectivos de otras unidades hasta que amaine la presión de la opinión pública, con lo que solo se consigue “desvestir a un santo para vestir a otro”, y que reclame al Gobierno de la nación para que se lleve a cabo, lo antes posible, el más que necesario cambio del modelo policial español que tantas veces AUGC ha demandado, con una reestructuración total de las unidades del Cuerpo diseminadas por todo el territorio nacional. Solo así se conseguirá solucionar el problema de la seguridad pública en nuestro país. Todo lo demás serán parches que solventarán, en parte, la actual sensación de inseguridad que se ha creado en una localidad como Carmona, pero que no solucionarán el problema de fondo.

 

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