En muchas ocasiones, la línea entre la vida y la muerte se cruza en cuestión de minutos o segundos, los que apenas concede el destino a la reacción de quienes están en disposición de salvar una vida. En este caso, el valor, la decisión y la creatividad del guardia civil Claudio Rivera, destinado en el Destacamento de Tráfico de Mérida,inclinaron la balanza hacia la supervivencia de una persona que había sufrido un grave accidente en la autovía A-5 el pasado 3 de julio, a la altura de Tujillanos.
Pasaban unos minutos de las ocho de la tarde, cuando un camión embistió a otro que estaba parado en el arcén,ocupando parte de la vía. El conductor de éste, que se encontraba reparando un pinchazo, resultó gravemente herido, con una fractura abierta de tibia.
Claudio forma parte del equipo de Atestados del Destacamento de Mérida, y su vehículo de emergencias fue el primero que llegó al lugar de los hechos. Sin embargo, lo hizo en sentido contrario al lugar donde había tenido lugar el accidente, es decir hacia Badajoz. No se lo pensó dos veces, y aun poniendo en riesgo su propia integridad, se bajó del vehículo y, mientras su compañero realizaba el cambio de sentido, atravesó los cuatro carriles de la autovía y la tupida vegetación de la mediana, hiriéndose en el cuello con las ramas.
Cuando llegó al otro lado de la autovía observó que había una persona tendida en el suelo. La situación no admitía dudas ni demora. De este modo, y al comprobar el estado de la pierna y la profusa hemorragia que causaba la fractura, colocó la extremidad en su posición natural y le practicó un torniquete con lo único que tenía a mano, su polo del uniforme de servicio. Posteriormente el herido fue trasladado a una zona segura y junto con su compañero sofocaron un incendio que se había producido en uno de los vehículos con los extintores del vehículo oficial y otros que se encontraban en el lugar.
Cuando llegaron los servicios médicos, el doctor de la ambulancia felicitó al guardia civil, Claudio, por su profesional actuación, manifestando textualmente que “le has salvado la pierna y muy probablemente la vida también”.
AUGC quiere felicitar al guardia civil Claudio Rivera, por su profesionalidad, creatividad y encomiable actuación que salvó la vida de la persona accidentada, poniendo en riesgo la suya propia. Hoy esta persona se encuentra fuera de peligro y nuestro compañero continua prestando servicio en carretera, junto al resto de sus compañeros; esperando la llamada de un nuevo accidente o quizás el aviso de un vehículo dado a la fuga, para volver a tener que intervenir como los miles de compañeros que cada día prestan servicio como guardias civiles en España.