En la Guardia Civil próximamente tendrá lugar una situación cuanto menos esperpéntica. Dentro de dos días se celebrará el acto por el 178 aniversario de la Fundación y los Guardias Civiles de la Escala de Cabos y Guardias, que son los condecorados, tendrán que llevar su propia medalla en el acto de entrega de las mismas. Es una exigencia que se les ha requerido y desconocemos si el resto del personal del Cuerpo, autoridades y civiles también tengan que hacerse cargo de sus propias insignias.
Además de esta circunstancia que acompaña al 178 aniversario, los servicios públicos se verán mermados por la dedicación de los agentes de la Guardia Civil a actos castrenses. El espíritu de sacrificio y el carácter peculiar que invoca la Dirección General cuando se denuncia la falta de personal no impide que se organicen fastos dos y tres veces al año.
La Asociación Unificada de Guardias Civiles y su Delegación de La Coruña considera que no hay motivos de celebración: Se nos imponen turnos de segunda y en un número mínimo de unidades, la falta de personal provoca intervenciones de mayor riesgo, continuamos sin avanzar en la equiparación salarial, no termina de completarse el catálogo de puestos de trabajo para el personal en situación de reserva, no se nos dota del material necesario… Primero debe haber avances y después ya habrá tiempo para celebraciones.