El Ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, afirmó este mes en una entrevista televisada que Ejecutivo socialista había “recuperado [en estos cuatro años de mandato] casi los 13.000 Policías Nacionales y Guardias Civiles que se perdieron durante los siete años del Gobierno de Rajoy”. Lo cierto es que, desde que Sánchez entró a la Moncloa en 2019, Interior ha intentado paliar anualmente la evolución negativa del número de efectivos que caracterizó al Partido Popular, según las cifras que figuran en las respuestas parlamentarias recabadas.
El esfuerzo por invertir la tendencia del Gobierno popular no ha cubierto el déficit de “casi 13.000” agentes, tal y como reseñaba el Ministro públicamente. Atendiendo a los datos oficiales de una consulta escrita formulada a la Mesa del Congreso de los Diputados en febrero, Marlaska tan solo ha posibilitado la incorporación de 8.449 Policías y Guardias Civiles desde que el PSOE está en el Gobierno. El déficit que dejó en ambos Cuerpos el Ejecutivo de siete años de M. Rajoy tampoco fue de 13.000 miembros, sino de 11.339, según los números reflejados en las respuestas parlamentarias anteriores.
Las plantillas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no se han recuperado todavía del decrecimiento total registrado entre 2012 y 2018, pero el Ministerio del Interior sí se ha preocupado más en estos últimos cuatro años por revertir la situación en la de la Policía Nacional que en la de la Guardia Civil. Mientras que en la Policía el déficit de agentes ha quedado cubierto en un 93,3 % -Marlaska ha reforzado con 6.173 efectivos los 6.619 perdidos con Rajoy-, en la Guardia Civil no ha aplicado la misma política: Tras perder 4.720 Guardias Civiles con el Partido Popular, Marlaska tan solo ha incrementado la plantilla del Instituto Armado con 2.276 componentes. Una cobertura del 48,2 %, ni la mitad.
La discriminación del Ministerio del Interior hacia los Guardias Civiles es una constante. De los años de M. Rajoy todavía acumulamos un déficit del 51,7 % en la plantilla y, pese a ello, Marlaska aprobó este año una oferta de empleo público mayor para la Policía Nacional, cuya plantilla ya está cerca de recuperarse del decrecimiento registrado durante el mandato del Partido Popular. Hay que recordar que desde hace siete años no se convocaban tan pocas plazas de ingreso directo para la Escala de Cabos y Guardias, y parece que seguiremos viviendo cómo la falta de personal afecta al desarrollo diario del servicio. Es una cuestión que parece importarle poco a Fernando Grande-Marlaska y a la Directora, María Gámez. Son quienes permiten situaciones como las que viven los compañeros destinados en la llamada “España vaciada”, demarcaciones enormes e imposibles de abarcar con la plantilla actual. Las patrullas no tienen más remedio que cubrir las incidencias con los medios que tienen y siendo los que son, lo que hace que los tiempos de espera hasta que llegan al lugar de la incidencia sean tan elevados.
Sin Guardias Civiles y sin Policías Nacionales no se puede asegurar la seguridad, pero las políticas del Ministerio del Interior deberían ser más equitativas tanto en materia de personal como con la jornada laboral. Somos Cuerpos pertenecientes a un mismo Organismo y aun así sufrimos este tipo de distinciones abismales que permite Marlaska. La cobertura del déficit de las plantillas es otro ejemplo más que se añade a la negativa de implantar turnos en la Guardia Civil cuando la Policía Nacional ya disfruta de ellos. Tratan a los Guardias Civiles como si fuéramos un Cuerpo de segunda, permitiendo toda esta serie de circunstancias.