El general jefe del Gabinete Técnico de la Guardia Civil, Manuel Llamas, órgano que depende directamente de la directora del Cuerpo, actuando como secretario del Consejo, ha notificado mediante un escrito dirigido a los vocales de AUGC un supuesto uso incorrecto de uniformidad con la que estos representantes asistieron a la última sesión extraordinaria de este órgano colegiado, celebrada el pasado 15 de enero.
Este comportamiento, por parte del general Llamas, supone atribuirse unas funciones que no le corresponden como secretario del Consejo, al impartir una orden a los vocales de AUGC, miembros del Consejo -y no subordinados de su secretario -, mediante el uso de la potestad de mando y la advertencia de corrección de naturaleza disciplinaria, a los legítimos representantes de los guardias civiles.
Estamos pues, ante un ataque al derecho de asociación profesional y a los derechos de los vocales del Consejo de la Guardia Civil, órgano colegiado en el que participan representantes de los miembros de la Guardia Civil y de los Ministerios de Interior y Defensa con el fin de mejorar las condiciones laborales de sus integrantes, así como el funcionamiento del Cuerpo. Pero ahora, lejos de la búsqueda del fin para el que se creó este órgano de representación, el lobby militarista elige el camino de la vulneración de derechos y el ataque a AUGC, como asociación profesional mayoritaria, y por tanto al conjunto del derecho de asociación profesional.
AUGC ha puesto en conocimiento del ministro del Interior, como presidente del Consejo de la Guardia Civil, este hecho que no es sino una muestra de los necesarios cambios que han de producirse para avanzar hacia una segunda generación de derechos para los guardias civiles.
Y es que las causas que motivaron a los vocales de AUGC acudir con esta uniformidad fue debida al temporal de nieve “Filomena”, resultando imposible a los representantes de AUGC desplazarse a Madrid, lugar donde disponen del uniforme con el que acudirían al encuentro en condiciones normales.
Por tanto, las causas de asistir con un uniforme distinto al de la convocatoria del Pleno del Consejo no son atribuibles a los representantes de la asociación mayoritaria en el Consejo de la Guardia Civil.
Una simple llamada telefónica hubiera bastado para solucionar este malentendido y conocer los motivos por los que los representantes de AUGC acudieron a la sesión telemática con el uniforme de servicio, en lugar del de diario. Pero en lugar de optar por el diálogo, una comunicación fluida y por el respeto a la posición institucional de los vocales, se opta por enviar escritos con apercibimientos y órdenes en un intento de coartar el ejercicio de representación, como si el Consejo de la Guardia Civil fuera una unidad territorial más y su secretario estuviera al mando de la misma.
FALTA DE ASERTIVIDAD Y PREPARACIÓN EN LOS ALTOS MANDOS PARA RELACIONARSE CON LAS ASOCIACIONES PROFESIONALES
Este disparate no es sino el último ejemplo que viene a poner de manifiesto los avances que deben llegar a la Guardia Civil, y el cambio en las relaciones laborales que han de producirse entre sus miembros.
Una segunda generación de derechos espera a los guardias civiles, donde se ponga fin a la falta de asertividad y formación en una mayoría de los altos mandos, para ser capaces de establecer una relación de entendimiento con los representantes de la asociación profesional mayoritaria. Por este motivo, AUGC solicitó recientemente una revisión y modificación de los planes de estudio en los diferentes centros formativos de la Guardia Civil, pero esta petición fue rechazada.
Son generales, como Manuel Llamas, quienes se empecinan en que la institución se mantenga en una autarquía. Fuera de la realidad social y demandas de los agentes de base del Cuerpo, sin establecer vasos comunicantes con agentes sociales o cuerpos policiales donde sin duda, el entorno laboral es mucho más saludable que en la Guardia Civil y con un desconocimiento inadmisible de lo que ha de suponer la materialización de conceptos como diálogo social y gobierno abierto.
Urge la necesidad de cambios para modernizar el estatuto profesional de la institución y avanzar hacia una Guardia Civil “compartida”, plenamente democrática y con derechos.