La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Valencia denuncia que la gran mayoría de los 74 acuartelamientos de este cuerpo con dependencias policiales y de atención al ciudadano que existen en la provincia son casas cuartel de otra época que han quedado obsoletas y "no son adecuadas para el trabajo policial" porque no reúnen condiciones de seguridad y están dotadas de medios insuficientes, incluso de mobiliario de deshecho.
Estas casas cuartel fueron diseñadas con unos fines muy distintos a los actuales, carecen de centros de detención, de recepción de denuncias, de viogen, investigación, accesos para personas discapacitadas, salas de espera acondicionadas, etc... y no reúnen unas instalaciones dignas donde se pueda atender a los ciudadanos correctamente.
Si bien se han ido creando oficinas a base de reclasificar pabellones y convertirlos en despachos, la infraestructura no es la deseada, quedando despachos aislados en los que hay que salir al patio para cambiar de oficina, deficiencia de luz adecuada, de dimensiones muy reducidas, muchos sin ventanas, máxime ahora mismo en la situación en la que nos encontramos sin ventilación alguna.
Las infraestructuras de los calabozos no están acorde a la normativa de seguridad y custodia de detenidos, se carece de una zona de seguridad y otra de dependencias para toma de declaraciones, paseando literalmente a los detenidos por la puerta del cuartel donde la gente espera ser atendida, por el patio y por la calle, incrementando así el peligro de fuga y seguridad.
Además, cuando acuden los ciudadanos a presentar cualquier trámite, muchos son los comentarios en los que infieren la desolación al ver instalaciones tercermundistas. Podemos acreditar que la mayoría del mobiliario lo recogemos de los desechos de empresas, los que van a tirar a la basura. Incluso los de otras administraciones del Estado, cuando se cambian el mobiliario por un nuevo, donan el antiguo a la Guardia Civil.
Desde AUGC se insta a las autoridades a crear un nuevo plan de acuartelamientos, cerrando la mayoría de ellos y agrupándolos en cuarteles nuevos, modernos y con numerosos efectivos para poder dar una respuesta rápida y efectiva en los tiempos actuales.
Tendremos que afrontar el rechazo de ciertos alcaldes reacios al cierre de los cuarteles, pero hay que potenciar los servicios, modernizar las instalaciones y adecuarlos a los medios de personal y vehículos disponibles. De nada sirve un cuartel sin agentes y cerrado al público por falta de efectivos. Simplemente es un edificio vacío y este no da seguridad. Por eso demandamos mantener en buen estado unos pocos, los más grandes y aglutinar en ellos a los agentes.