Una vez más el tiempo viene a dar la razón a la Asociación Unificada de Guardias Civiles, que ya en el mes de febrero vaticinó que la Guardia Civil no tendría más remedio que reforzar temporalmente el Puesto de Peñarroya, al haber perdido la mitad de su plantilla cuando se publicaron los destinos, porque se marcharon siete efectivos y llegó solo uno. Y aunque ahora acaban de publicarse siete vacantes para esa unidad, no se cubrirán hasta que pasen varios meses, a lo cual hay que añadir que puede volver a suceder que se vayan tantos o más efectivos de los que lleguen.
Ahora se ha convocado una comisión de servicio para cinco guardias civiles que reforzarán dicho Puesto a lo largo de tres meses durante todo el verano, lo cual conllevará un gasto adicional para las arcas públicas, como ya ocurrió anteriormente, cuando durante mucho tiempo se tuvieron que abonar unos 6.500 euros mensuales en total. La diferencia es que en esta ocasión no se permite al personal destinado en la provincia de Córdoba desempeñar esa comisión de servicio, porque la mayoría de unidades están bajo mínimos y no pueden prescindir de sus escasos efectivos.
Pero este refuerzo temporal no va a solventar el grave problema de plantilla que padece el Puesto de Peñarroya desde hace muchos años, porque apenas paliará los traslados que se produjeron hace unos meses y las ausencias vacacionales que se producen en época estival. AUGC lleva tiempo avisando que ese Puesto es la unidad en toda la provincia de Córdoba con mayores problemas de déficit de personal, con un preocupante nivel de rotación mucho más elevado que en el resto de la provincia.
Y la solución no pasa solo por cubrir todas las vacantes existentes, porque el catálogo de esa unidad es claramente insuficiente y debe incrementarse, pero además es necesario que se reconvierta en Puesto Principal, con áreas específicas de atención al ciudadano, prevención e investigación para combatir la delincuencia.
La excesiva rotación que padece el Puesto de Peñarroya tiene su origen en la saturación y desmotivación que sufren los guardias civiles destinados en esa localidad, debido a las condiciones laborales derivadas del endémico déficit de personal que les obliga a permanecer casi exclusivamente en las dependencias oficiales, asumiendo excesivos cometidos al tener que compaginar múltiples funciones simultáneamente: vigilancia y seguridad, atención ciudadana, instrucción de diligencias, custodia de detenidos, coordinación de patrullas, tareas administrativas, y otras.
Además, no pueden prestar los servicios de patrulla que tan necesarios son para responder a las incidencias, realizar tareas de investigación, hacer el correspondiente seguimiento de los casos de violencia de género, así como llevar a cabo la necesaria vigilancia de núcleos poblacionales y áreas rurales. De hecho, es demasiado habitual que las patrullas de otras poblaciones cercanas tengan que atender las incidencias que se producen en dicho municipio, con los consiguientes perjuicios para la ciudadanía, porque esas otras patrullas se encuentran distantes y además no conocen la demarcación.
