La semana pasada se celebró la Comisión de Riesgos Laborales y uno de sus puntos estrella fueron los resultados de la primera Campaña de vigilancia de la salud. La citada Campaña, desarrollada en la Guardia Civil, no es fruto de la casualidad; es el resultado de numerosas denuncias impuestas por AUGC ante Inspección de trabajo y el Defensor del Pueblo.
Esta Campaña de vigilancia se ha realizado sobre 67.194 agentes de los 72.140 previstos. Se debe a que no se llevaron a cabo en Teruel, Guipúzcoa ni en las Ciudades de Ceuta y Melilla. Los efectivos resultaron mayoritariamente aptos y otros tendrán una observación con el correspondiente seguimiento de su salud mientras siguen trabajando. También hubo aptos con restricciones y no aptos temporales. Este último grupo es minoritario y esas cuatro personas serán propuestas para pasar por un Tribunal médico para la revisión de su salud. Después, se determinará si es necesaria su jubilación por enfermedad o si continúan siendo aptos con la correspondiente limitación de las funciones a desempeñar.
Lo más destacado del estudio está en los datos de patologías desconocidas por los trabajadores sometidos a la vigilancia. El hecho de que 10.296 Guardias Civiles hayan tenido conocimiento de las mismas gracias a la Campaña nos enorgullece como impulsores. Del grupo de agentes que no tenían conocimiento de un problema de salud, casi un 60% padecía dislipemia y no le había sido diagnosticada previamente. Se trata de una alteración en los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre y, de no ser tratada, puede derivar en trastornos cardiovasculares. Alrededor de un 20% de efectivos desconocían ser hipertensos y de forma más minoritaria se les diagnosticaron reacciones leucémicas, hipertrofias benignas de próstata (HBP), tumores prostáticos o diabetes.
Las pruebas médicas también vislumbraron que la mitad de los agentes convocados tenían problemas en la vista. En segunda instancia, y también siendo conocedores de ello, padecían obesidad, hipertensión, alteraciones auditivas.
Según manifestaron los agentes en la encuesta, el 22 % tenían problemas de tabaquismo y un 3 % consumía alcohol habitualmente.
Las cifras parten de las diferentes Comandancias y es complejo dilucidar más conclusiones porque no existe un seguimiento en el tiempo. Más adelante sí se podrá profundizar. Desde AUGC hemos pedido que en los próximos estudios se incorpore la variable de la especialidad. De este modo se podrá conocer dónde trabaja el agente y las posibles patologías y riesgos asociados.