En la mañana del jueves 12 de noviembre se ha llevado a cabo el Grupo de Trabajo para tratar dos normas que nos fueron remitidas el pasado martes.
Se trataría del Real decreto sobre las funciones de la sanidad de la Guardia Civil y la determinación de la aptitud psicofísica de su personal y la Orden Ministerial por la que se establece el modelo y las normas reguladoras del expediente de aptitud psicofísica del personal de la Guardia Civil.
En el caso de la determinación de la aptitud psicofísica, se trata de una norma que ya en su día pasó por el consejo pero, dado que se han introducido cambios, vuelven a pasarlo para que las asociaciones informemos y así continuar con el trámite en el ministerio hasta su aprobación final.
En relación al RD de sanidad, ya se celebraron en su momento grupos de trabajo, si bien nunca llegó a pasar por el Consejo al incluir asuntos sobre los que todas las asociaciones siempre nos hemos posicionado en contra. En este nuevo texto, se excluyen esos temas controvertidos y se traslada exclusivamente lo relativo al funcionamiento del servicio de sanidad de la Guardia Civil y sus relaciones con la sanidad militar.
El grupo de trabajo ha sido breve, dado que su celebración coincidía con un acto institucional y debía finalizar antes de las 11.30 y las alegaciones serán remitidas por escrito, para lo cual, tenemos de plazo una semana.
La intención de la DGGC es aprobar estos textos en el próximo pleno del mes de diciembre.
En algo que parece que coincidimos todos, y así lo trasladó AUGC en el grupo de trabajo, es que en los últimos años el servicio de sanidad de la Guardia Civil ha visto una permanente pérdida de plantilla, mientras las normas que se publican aumentan sus cometidos y competencias, convirtiendo las normas aprobadas en inviables al carecer de los medios humanos suficientes para abarcar todo lo que se pretende.
En ese sentido, y en algún otro aspecto que debemos revisar en los próximos días, irán las alegaciones de AUGC, pues no podemos olvidar que las normas son de aplicación tras su aprobación y mientras no se refuercen los servicios de sanidad de la Guardia Civil, quienes sufren las consecuencias son los de siempre, que se ven obligados a desplazarse a otras Comandancias (por carecer de servicios médicos la suya), o a las verdaderas odiseas que están viviendo los compañeros que solicitan continuar en activo al alcanzar la edad para la reserva.