Según datos oficiales obtenidos por la Asociación Unificada de Guardias Civiles, durante 2024 se han triplicado los expedientes disciplinarios instruidos a personal de la Guardia Civil en la provincia de Córdoba, alcanzando el número más alto de los últimos diez años y superando incluso los registrados en 2022, que hasta ahora era el año más negro de la última década.
Mientras que los expedientes por falta leve se han mantenido estables respecto a 2023, sin embargo los instruidos por falta grave se han multiplicado por cuatro, y los de falta muy grave se han quintuplicado. Desde 2007–año a partir del que esta asociación dispone de datos– nunca se había alcanzado ese número de expedientes muy graves, y los graves solo alcanzaron un número similar en 2022 durante ese mismo periodo.
Los datos confirman una vez más que el rigor disciplinario se aplica únicamente a los guardias, cabos y suboficiales, mientras que los oficiales no se han visto inmersos en ningún procedimiento de ese tipo, como es habitual. El 64% de los expedientes disciplinarios se han instruido a guardias, el 9% a cabos y el 27% a suboficiales.
En cuanto a los expedientes por falta grave, que son los más numerosos, es muy preocupante que se hayan multiplicado por nueve los instruidos a guardias, mientras que los de suboficiales se han triplicado y los de cabos han aumentado el doble.
Una vez más se confirma que en la Guardia Civil de Córdoba cuanto menor sea la graduación mayor es la posibilidad de ser expedientado y sancionado, como AUGC siempre ha denunciado. Y ello a pesar de que la mayoría de situaciones conflictivas se pueden solucionar por métodos menos traumáticos, y no abusando del uso de la vía disciplinaria, como demuestra el hecho de que en 2024 solo el 45% de los expedientes instruidos en esta provincia acabaron con sanción disciplinaria, en muchas ocasiones gracias al trabajo de los servicios jurídicos de AUGC.
Y también en las sanciones impuestas existen diferencias, porque la mitad de los expedientes incoados a cabos y guardias acaban con sanción, mientras que los suboficiales son sancionados en un tercio de los expedientes que se les instruyen. En ese sentido resulta muy revelador que, a pesar de que el 60% de los expedientes muy graves corresponden a los suboficiales, ninguno de ellos finalizó en sanción, mientras que todos los guardias sometidos a dichos expedientes fueron sancionados.
Sin embargo, ocurre lo contrario con los expedientes graves, porque dos tercios de los instruidos a suboficiales han conllevado sanción, mientras que en el caso de los cabos y guardias son un tercio. En lo que respecta a las faltas leves, todas han sido sancionadas y se han impuesto exclusivamente a guardias.
Estos datos corroboran lo que AUGC lleva muchos años denunciando, que en la Guardia Civil de la provincia de Córdoba se hace un uso excesivo e innecesario del régimen disciplinario, y que ese rigor se aplica con mayor dureza a las escalas más bajas. Debe recordarse que el Grupo de Estados Contra la Corrupción (GRECO), órgano del Consejo de Europa, se hizo eco en un informe del elevadísimo número de sanciones disciplinarias impuestas en la Guardia Civil, y recomendó revisar su régimen disciplinario para reforzar su transparencia, objetividad y proporcionalidad.