09:12 h de la mañana. María Teresa Franco camina con paso firme por el Paseo de la Reina Cristina. Va cargada con una carpeta verde y dos envoltorios que albergan la documentación de su defensa. A unos pasos, el Tribunal Militar Territorial Primero de Madrid la espera. En algo más de 15 minutos comienza la primera de las tres vistas orales del juicio. “No llores”, le piden varias mujeres. Y después de sucesivos abrazos y muestras de apoyo, aparece un militar. “Un valiente”, dice con gratitud Teresa. Es uno de sus antiguos compañeros de tropa que acuden a declarar como testigo, de los que se han atrevido a enfrentarse al mando de aquel momento.
Antes de entrar con el testigo, mira a Alicia Sánchez, Guardia Civil en AUGC que también pasó por un Tribunal Militar. Hace al menos cinco años que se conocen y ambas también comparten la Representación asociativa de Igualdad de algunos Cuerpos del Estado: Alicia hoy lucha por los derechos de las mujeres desde la Secretaría de la Asociación Unificada de la Guardia Civil y T. Franco hacía lo propio en el mismo Departamento de la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME). Ya hace tiempo de aquello.
En aquel momento, Teresa formaba parte de la tropa profesional de Escuadrilla de Policía de la Base Aérea de Alcantarilla, en Murcia. Logró el ingreso a filas en 2001. Lo que desconocía es que, 13 años más tarde, se desencadenaría un proceso judicial con su correspondiente causa abierta a día 8 de marzo de 2022. En el Día de la Mujer la ex cabo se ha vuelto a ver con J.A.F.G., uno de los Capitanes de la Base en la que estaba destinada. Este superior cometió un presunto abuso de autoridad y se extralimitó en las funciones contra la ella en 2014. Entre otros motivos, Teresa Franco considera que fue castigada por defender los derechos de las mujeres militares, algo que cree que era “impensable” para el superior.
Esta es la lucha de T. Franco, que continúa desde 2014. Su causa podría ser la de otras tantas mujeres ahora mismo y la Asociación Unificada de Guardias Civiles apoya a las compañeras que, como ella, estén pasando por situaciones similares. También lo hace el Sindicato Unificado de Policía, la AUME y la Federación de Servicios a la Ciudadanía de Comisiones Obreras. Mediante esta acción conjunta queremos visibilizar las circunstancias que pueden vivir diariamente las Mujeres Policías y Militares en el entorno laboral, manifestar la necesidad de mejoras y la no discriminación por ser mujer, por sindicarnos y pedir una igualdad real y efectiva.
Todavía hay que conseguir avances para una conciliación sin penalizaciones o para que la mujer tenga más acceso en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, por ejemplo. Tan solo el 8,57 % de la plantilla de la Guardia Civil en 2022 son mujeres. Es donde hay una menor presencia femenina en comparación con las demás Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Atendiendo a escalas, el 1 de enero de este año eran 151 las mujeres Oficiales y 299 Suboficiales. Las mujeres no pueden quedar fuera del Cuerpo simplemente por el hecho de no disponer de instalaciones para ellas.
Detrás las mujeres de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado puede haber una historia susceptible de denuncia. Del mismo modo que María Teresa Franco, no estáis solas.
