AUGC celebra la iniciativa de Ministerio de Sanidad, conocida ayer a través de un medio de comunicación, de poner en marcha un plan de prevención contra los suicidios, una lacra que supone cada año entre 3.500 y 4.000 fallecidos en España, según los datos del INE (3.569 en 2016) y casi 8.000 tentativas tan graves que requieren la hospitalización de los afectados.
Como es bien sabido, y así lo viene denunciando nuestra asociación desde hace años, el colectivo de trabajadores de la Guardia Civil resulta especialmente afectado por este grave problema de salud pública, con un promedio de un suicidio de un guardia civil cada 26 días, ratio que incluso se ha agravado en los últimos años. Así, si en 2016 fueron nueve los casos, la cifra casi se duplicó al año siguiente, cuando 17 guardias civiles acabaron con su propia vida, lo que supuso un triste récord del último lustro. El comienzo de 2018, con seis suicidios en tan solo los dos primeros meses del año, confirmó la trágica tendencia.
AUGC lleva años hablando con los grupos parlamentarios para transmitirles la necesidad de abordar este problema a través de una comisión de estudio multidisciplinar y no sólo con los mecanismos internos de la Guardia Civil.
Es sabido que para AUGC una de las primeras medidas que deberían implantarse es la externalización del servicio psicológico a los guardias civiles, de manera que sean profesionales independientes los que los atiendan. Hay que recordar que en la actualidad este servicio es prestado por psicólogos que forman parte de la Guardia Civil, con lo cual el estrés laboral, continúa presente aún en estas consultas.
Hace ahora tres años, el 10 de septiembre de 2015, coincidiendo con el Día Internacional de la Prevención del Suicidio, el secretario general de AUGC, Alberto Moya, hacía entrega en el Ministerio de Sanidad de un escrito en el que denunciaba este drama oculto en la Guardia Civil:
En la misiva se explicaba que, a las dificultades propias del desempeño de nuestro trabajo, junto la posesión de armas (un riesgo laboral importante) y largos turnos de conducción o períodos de estrés mantenidos en el tiempo, en la Guardia Civil nos encontramos con dificultades inherente a su idiosincrasia. Por su naturaleza militar, el Guardia Civil tiene vedado el alcance de instrumentos que desde otras profesiones tienen para poder velar por el respeto a sus derechos como son la sindicación y el derecho a la huelga. Esto hace que en ocasiones, nos encontremos indefensos para resolver conflictos laborales internos o detener posibles casos de mobbing que pudieran darse como en cualquier organización de otro tipo y que pueden potenciar un ambiente propicio para la aparición de este tipo de trastornos.
Tres años después poco o nada se ha hecho para remediar este problema en la Guardia Civil, lo cual ha tenido como consecuencia el incremento de la tasa de suicidios. Ahora Sanidad parece querer afrontar este problema en el conjunto de la sociedad española. Veremos si la Dirección General de la Guardia Civil decide sumarse a esta iniciativa de una vez por todas, tal y como se le viene reclamando desde AUGC insistentemente.
En 2016, AUGC coeditó el riguroso estudio llevado a cabo por el psicólogo independendiente Daniel Jesús López Vega '¿Todo por la patria?', en el que se analizaron cientos de casos y se profundizó en las posibles razones de este comportamiento entre trabajadores del Instituto Armado.