La Directora General de la Guardia Civil decepciona. Su primera aparición pública, durante la epidemia del coronavirus ha tenido que ser presidiendo un Pleno Extraordinario del Consejo de la Guardia Civil, promovido por AUGC y otras asociaciones. La sesión ha comenzado con un minuto de silencio en recuerdo de los guardias civiles fallecidos. La intervención de María Gámez ha tenido un tono de arenga política, pero en realidad, carente de cualquier información útil para los guardias civiles.
Seguidamente han tomado la palabra los titulares de las diferentes subdirecciones del Cuerpo que han trasladado información sobre la gestión del material preventivo y de desinfección, número de test realizados (12.000 en total, siendo 6.400 por PCR y 6.000 por test rápidos para 9.336 guardias civiles testeados), instrucciones escritas emitidas, etc. Pero acabó esta primera intervención, por parte de la Administración, con las recriminaciones del jefe del Gabinete Técnico de la Dirección General hacia el proceder de algunas asociaciones (sin especificar a cuáles se refería) y pretendiendo limitar la intervención de AUGC, a 10 minutos.
Como no podía ser de otra manera, la respuesta de los vocales de AUGC ha sido de rechazo frontal, solicitando un receso y transmitiendo posteriormente que, si lo que se pretendía era conculcar los esenciales elementos del derecho de asociación, en defensa de los intereses profesionales, económicos y sociales de los guardias civiles, no iban a continuar con la colaboración de la asociación mayoritaria.
Finalmente, se ha permitido intervenir a todos los vocales, aunque en una suerte de embrollo donde no se podría distinguir claramente las exposiciones del orden del día, de los posteriores ruegos y preguntas. Así se ha desarrollado este Pleno, sin orden ni respuestas por parte de la Guardia Civil.
Inicialmente, AUGC ha expresado su malestar por la deficiente comunicación que ha existido con la Dirección General en un momento grave y de enorme preocupación de los guardias civiles. Para mostrar esta situación ha participado que de las 48 Delegaciones Provinciales que dispone en todo el país, 25 no tienen ni siquiera interlocución con los respectivos jefes de unidades.
Y ya, entrando en materia, se han criticado las actuaciones policiales desplegadas por la Guardia Civil, en comparación con otros cuerpos policiales. Pues si la Policía Nacional está trabajando en servicios mínimos y, en la medida de las posibilidades, no se les han detraído vacaciones, en la Guardia Civil, todo el personal está realizando servicio y las vacaciones fueron suspendidas, el primer día. Para muestra, se les ha trasladado el dato de la encuesta realizado por AUGC a finales de marzo, en la que participaron 2.167 guardias civiles. Los cuales contestaron que solo un 37% de los mismos trabajan en binomios fijos o grupos estancos y que solo un 22% prestaba servicio en modalidad de retenes localizables.
Estas cuestiones son para AUGC preocupantes, y podrían ser una de las causas del preocupante número de contagios en el Cuerpo. La lamentable respuesta de la Directora General ha sido que somos un servicio esencial - como si el resto de cuerpos policiales no lo fueran - y que por tanto, eso es lo que hay. Consecuentemente, AUGC ha anunciado que sigue adelante con el requerimiento formal presentado como paso previo a una sentencia, y que por tanto emplazará a la DGGC ante los tribunales de justicia.
Seguidamente, se ha preguntado por los numerosos procesos internos que han quedado paralizados durante la crisis sanitaria, entre otros:
- El tercer tramo de equiparación. Un escueto y lacónico "de ese asunto no sabemos nada. Depende del Ministerio del Interior" sirvió a la directora para zanjar este asunto.
- La parte de la productividad por objetivos que queda pendiente del año 2019. Se continua sin dar una solución, argumentando que depende de una partida presupuestaria que no acaba de llegar. Desde luego, muy mal deben estar cumpliendo sus obligaciones para que los guardias civiles lleven cuatro meses sin percibir sus justas remuneraciones.
- Vacaciones. Se solicitó mayor flexibilidad y una respuesta desigual para su grabación por parte de las unidades, aún hoy hay muchas unidades que no han comunicado su posible disfrute y organizado los turnos de verano.
- Destinos. Los actuales concursos de destinos se resolverán cuando lo permita la acutal situación del estado de alarma. Desde la Subdirección de Personal confian en que no se retrase demasidao esta cuestión, especialmente para quienes han cambiado de escala y se enfrentan a su primer destino con un nuevo empleo.
- Cursos y ascensos. La intención de la DGGC es finalizar los cursos de manera on-line, siempre que sea posible. En cuanto al anuncio de nuevas convocatorias de ascenso, estas no se producirá hasta que se anuncie la Oferta de Empleo Público.
Pero en todas estas cuestiones, la Dirección General ha contestado que no pueden dar nada por seguro y que todo dependerá del “desescalado” del estado de alarma. Curiosa ha sido la respuesta del Mando de Personal cuando se le ha preguntado por el hecho de que cómo es posible que los policías nacionales estén cobrando la productividad de equiparación de los años 2018 y 2019, y los guardias civiles, no, pues ha contestado este general que, mientras no haya Presupuestos Generales del Estado, no se pueden abonar, que no sabe por qué lo cobra la Policía Nacional, pero que seguramente lo estarán detrayendo de “su” productividad de este año. Y cuanto menos, inquietante, ha sido conocer que los guardias civiles que se les está ordenando realizar servicios operativos, pese a no estar destinados en Seguridad Ciudadana, no van a cobrar el CES correspondiente. Es decir, que estos guardias civiles “afortunados” van a trabajar gratis.
En definitiva, una sesión del Consejo plagada de despropósitos y que vaticina una cascada de denuncias judiciales. Y eso que aún queda crisis sanitaria por delante, por lo que desde AUGC seguiremos muy atentos para continuar reclamando los derechos que les corresponden a los guardias civiles y que con excusas injustificadas pretenden revocar los generales con la connivencia de una directora de la Guardia Civil superada por las circunstancias.