"En los 20 últimos años, la vida de los guardias civiles ha cambiado sensiblemente a mejor: hemos conquistado nuestra dignidad"

Alberto Moya, secretario general de AUGC, analiza 'Guardias Civiles, ciudadanos de uniforme en busca de derechos', la obra que recoge la lucha por los derechos de los trabajadores del Cuerpo a lo largo de la última década.

Alberto Moya posa con un ejemplar de 'Guardias Civiles, ciudadanos de uniforme en busca de derechos'.
Alberto Moya posa con un ejemplar de 'Guardias Civiles, ciudadanos de uniforme en busca de derechos'.

Recién salido de imprenta, Guardias Civiles, ciudadanos de uniforme en busca de derechos (Editorial Almuzara), firmada por el periodista Ildefonso García Ruiz y AUGC, es una obra que recorre la trayectoria de los últimos años de la lucha por los derechos de los trabajadores del Cuerpo. Narrado en primera persona por más de medio centenar de protagonistas de este periodo, el relato constituye un mosaico de una década apasionante en el trabajo por la dignificación de este colectivo.

Uno de sus principales actores es el secretario general de AUGC, Alberto Moya, que en esta entrevista analiza el libro y lo que en éste se cuenta.

¿Por qué le recomendaría a un guardia civil la lectura del libro?

En los 20 últimos años, la vida de un guardia civil ha cambiado sensiblemente a mejor. No nos referimos solo -que también– a los avances específicos en las condiciones sociolaborales, sino en algo quizás menos tangible, pero no menos importante: los guardias civiles hemos conquistado nuestra dignidad. Y ello es así porque, como decimos, tan solo hace un par de décadas un guardia civil era un simple 'número', una mera pieza sin derechos ni siquiera a tener inquietudes, sometido a un sistema asfixiante que imponía unas condiciones de vida y trabajo, duras y discriminatorias hacia los que formaban la base del Cuerpo.

Los derechos son como el propio aire, solo los necesitas cuando te faltan. Y hoy los guardias civiles, sea por juventud en muchos casos, o simplemente por falta de memoria o perspectiva, no valoran esta circunstancia, o lo que es peor, no pueden ni siquiera imaginar que podamos retroceder en derechos. Pero esto no es algo imposible, de hecho, en la época de la crisis, los poderes fácticos lo han intentado con los guardias civiles.

Pues bien, esa es la esencia de este libro: narrar cómo hemos llegado hasta aquí, cómo ha sido la lucha y la conquista de derechos para los guardias civiles, donde nadie nos ha regalado nada, y en la que los hombres y mujeres que conforman AUGC han tenido mucho que ver. Por tanto, su lectura parece imprescindible para entender por qué las cosas son como son y, sobre todo, para comprender hacia dónde vamos.

¿Y por qué se lo aconsejaría a alguien ajeno al Cuerpo?

Las cuestiones relacionadas con la Guardia Civil, suelen ser de interés para la ciudadanía. Sin embargo, la especificidad y la confidencialidad en su funcionamiento, que raya, a veces, la endogamia, hace complicado tener una idea real de lo que supone este cuerpo de seguridad para la sociedad.

En este sentido, no dejo de sorprenderme del desconocimiento que la sociedad tiene sobre la Guardia Civil y sus integrantes. Pero es importante señalar que, sosteniendo el prestigio del que goza actualmente el Cuerpo, están 80.000 hombres y mujeres, con sus deseos, inquietudes, aspiraciones y hasta con un código de conducta propio. Procurar conocerlos es comprender también por qué la Guardia Civil sigue siendo la institución más valorada. En realidad, esta idea tiene una base objetiva, pues cualquier análisis sobre modelo policial señala la necesidad de que los mismos presten un servicio público de seguridad lo más próximo a los ciudadanos.

Por lo anterior, aconsejo al lector abordar este libro sin prejuicios, y probablemente conseguirá “conectar” con estos servidores públicos que, por sus responsabilidades profesionales, les puedan parecer inicialmente distantes o fríos.

En el libro se repasa más de una década de actividad, ¿cuáles son, a su juicio, los hitos principales de estos años?

Hay dos circunstancias fundamentales sobre los que ha gravitado la actividad de AUGC en este espacio temporal. Por un lado, este periodo coincide con una grave crisis económica, social y política, que se ha cebado especialmente en los trabajadores, y que para los guardias civiles tuvo un efecto negativo específico, pues nos solo se les recortaron los sueldos, sino que se llegaron a prohibir derechos fundamentales (las razones para ello son explicadas en el libro); pero paradójicamente y coincidente en el tiempo, nos encontramos en esta década con la aprobación de la Ley Orgánica 11/2007, reguladora de los derechos y deberes de los guardias civiles, en la que, tanto en su aprobación como en su desarrollo, ha tenido mucho que ver AUGC, y que ha permitido abordar mejoras sustanciales para los guardias civiles como, por ejemplo, en la regulación de las vacaciones o de la jornada laboral.

En la coexistencia, e incluso en la colisión de estos dos auténticos fenómenos sociales contradictorios –crisis económica y avance del asociacionismo profesional– tiene explicación lo acontecido, con hitos tan relevantes como las manifestaciones multitudinarias, la constitución del Consejo de la Guardia Civil, la concesión a AUGC del premio de la Asociación Pro Derechos Humanos, la denominada “huelga de bolis caídos” y la persecución que desató hacia los representantes de AUGC, los éxitos judiciales o, recientemente, la posibilidad de negociar el acuerdo de equiparación salarial, hecho sin precedentes y que tantos beneficios está trayendo a guardias civiles y a policías nacionales.

En suma, no es descabellado decir que la Guardia Civil ha cambiado –está cambiando– y de qué modo en estos últimos años. Y, desde luego, en ello está influenciando el liderazgo de AUGC.

¿Su participación en el libro le ha provocado cambiar el punto de vista o el juicio sobre determinados aspectos?

Desde luego. Sobre todo, por el enfoque que el propio autor le ha dado al mismo: porque, aunque lógicamente el hilo conductor sea una narración, la participación diversa, de personas de ámbitos diferentes, invita a la reflexión y al debate.

Cómo nos ven nuestros compatriotas, o qué esperan de los guardias civiles, me hace repensar el papel que jugará AUGC, como motor de cambio y agente institucional líder en la Guardia Civil, en la sociedad futura.

Es de suponer que las horas dedicadas a reflexionar en voz alta sobre la última década de AUGC, con usted al frente de la organización, le habrán provocado distintas emociones. ¿Cuáles son las más confesables? ¿Y alguna que lo sea menos?

La más inmediata es la de constatar que solo AUGC tiene la trayectoria, madurez y capacidad de promover un análisis objetivo, sosegado, contrastado con más de cincuenta testimonios, mucho de ellos, en las antípodas de pensamiento de los que conformamos AUGC.

Posiblemente, nadie se ha “desnudado” tanto como yo, tanto a nivel personal, como profesional. El esfuerzo de sinceridad ha sido importante. ¿Queda algo por decir? Claro, es lo que suele ocurrir en un texto que pretende abarcar una actividad tan extensa. Quedan en el tintero innumerables anécdotas –unas realmente divertidas, y otras no tanto-, faltan circunstancias, e incluso las casualidades, que, sin pretenderlo, cambian el devenir de la historia de miles de personas; y por supuesto, quedan por reflejar conversaciones de “despacho” de las que se nos pidió confidencialidad pues afectan a personas que todavía hoy ejercen actividades profesionales o políticas. Probablemente todo ello se “desclasificará” y se contará en el futuro, con más perspectiva…

De los testimonios en el libro de otros miembros de AUGC, ¿hay alguno que le haya sorprendido o llamado la atención especialmente? ¿Y de los procedentes de otros protagonistas ajenos a AUGC?

Me ha sorprendido la intervención del expresidente del Gobierno, José Luís Rodriguez Zapatero. Una persona clave en el periodo que analizamos, dado que durante su presidencia se aprobaron las leyes orgánicas que impulsaron posteriormente los cambios que relatamos. Sin embargo, hablamos de una persona que, por diversas razones, está francamente cuestionada por los guardias civiles. Él mismo lo admite en libro, aludiendo a momentos de intenso enfrentamiento entre su ejecutivo y AUGC, y pese a ello, ha querido valorar el esfuerzo y el papel desempeñado por nosotros, en unas circunstancias nada fáciles, prologando el libro.

¿Cuál es el testimonio que no está en el libro y qué más le hubiera gustado recoger?

Falta uno que el lector echará de menos; me refiero a una persona que, por sus responsabilidades gubernamentales, tuvo una importante capacidad de influencia sobre los guardias civiles en esta década. Me refiero al recientemente fallecido ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Pese a nuestra petición, no quiso dar su opinión en este relato. Hubiera sido realmente ilustrativo contar con ella. Pero creo que, más que por la que tuvo, sería más interesante la que pudiera tener hoy, al comprobar que, pese a que Rubalcaba asumió pronto las tesis más retrógradas de un lobby militarista poderoso, absolutamente contrario al avance de derechos (lo cual indudablemente le influenció en su toma de decisiones), el asociacionismo profesional avanza con paso firme –en realidad, ya se nos identifica de forma generalizada, con un sindicato-, por lo parece que su actitud, simplemente retrasó lo inevitable.

Podríamos pensar también en la opinión de altos mandos de la Guardia Civil. Algunos de ellos han declinado su participación. La razón para ello es, cómo no, la larga tradición de secreto que ampara las actuaciones en el Cuerpo. Para muestra, decir que un general que ha ostentado las máximas responsabilidades llegó a confesarme que participaría gustoso en el libro, desde el momento en que admitía que su percepción de AUGC y del papel que debía ocupar el asociacionismo profesional en el futuro había variado con el tiempo, pero que debía abstenerse para no comprometer la gestión de sus sucesores en el cargo.

Pero creo que, sobre otros, nos sorprenderían los testimonios concretos, y su punto de vista, de nuestros cónyuges, hijos o padres sobre lo que hemos tratado de relatar en este libro. Lógicamente, no ha sido posible extender las entrevistas realizadas, en una obra ya de por sí más extensa de lo que inicialmente preveíamos. Por esta razón, la dedicatoria del libro es para nuestras familias.

En el libro se recorren los últimos diez años, partiendo de la manifestación de uniformados en la Plaza Mayor en 2007 y concluyendo en la firma del acuerdo de equiparación salarial en 2018. ¿Qué recorrido le gustaría que hiciera AUGC y los guardias civiles en la próxima década?

No oculto el orgullo íntimo, metafóricamente hablando, del montañero que, tras el esfuerzo de coronar cima, mira hacia atrás y se sorprende de haber llegado tan lejos. Y aunque seamos optimistas, ni mucho menos podemos ser triunfalistas. Queda bastante para la plena homologación de los guardias civiles con el resto de cuerpos policiales. En este sentido, la equiparación salarial es muy importante, pero no suficiente, mientras no se superen otros agravios igualmente injustificables relacionados con las condiciones sociolaborales o el régimen estatuario actual del Cuerpo.

Avances que inevitablemente deben llevarse a efecto en el contexto de un proceso de modernización integral de la Guardia Civil, en la que cuestiones como una nueva gestión de recursos humanos y materiales, o una formación adecuada, van a jugar un papel preponderante. Por ello, desde AUGC insistimos especialmente en la necesidad de afrontar la reforma del modelo policial, e incardinar en la misma los grandes retos a los que se enfrentará la Guardia Civil, en un futuro próximo, como el mayor cuerpo policial de España.

¿Qué recorrido me gustaría que hiciera AUGC y los guardias civiles en la próxima década?

Pues que no cejen en el empeño, que no resignen y que sigan en el camino, porque seguimos siendo “ciudadanos de uniforme en busca de derechos”.

 

Guardias Civiles, ciudadanos de uniforme en busca de derechos

2008-2018: el relato de la lucha por la dignidad socio-laboral de los trabajadores de la Benemérita, narrado por sus propios protagonistas

Autor: Ildefonso García Ruiz y AUGC

Editorial Almuzara

Páginas: 376
Edición ilustrada
Tamaño: 15 x 24 cm

Presentación: 18 de junio a las 18.00 horas, en auditorio Marcelino Camacho. Sede de Comisiones Obreras en Madrid. Calle Lope de Vega, 38.

El autor, junto con representantes de AUGC, firmará ejemplares en la Feria del Libro de Madrid, en la caseta 312 (Editorial Almuzara), las siguientes fechas y horarios:

Jueves 13 de junio: de 19.00 a 20.30 horas.

Viernes 14 de junio: de 12.30 a 13.30.

Sábado 15 de junio: de 14.00 a 15.00

 

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