La Guardia Civil, un Estado dentro de otro

La Guardia Civil, un Estado dentro de otro

Generales de la Guardia Civil posan el Director General.
Generales de la Guardia Civil posan el Director General.

Artículo de Juan Fernández, secretario de Comunicacion de AUGC

Desde la llegada de la democracia a España estamos requiriendo la plena inclusión de los trabajadores de la Guardia Civil en la sociedad. Una acción que debe ser llevada a cabo por un gobierno que esté dispuesto a ejercer con gobernanza, que no es lo mismo que gobernar.

La Guardia Civil es una institución que no “roza” con ningún estamento de la sociedad, una institución “autosuficiente”, capaz de atrapar en un pensamiento único a sus integrantes.  Precisamente ésta es una de las causas de su alta valoración entre los ciudadanos: su aislamiento institucional.

Así, la Guardia Civil es mucho mas que un cuerpo policial militarizado. Es una policía que posee su propia justicia (militar), su sanidad (militar), sus sacerdotes (militares), su propio servicio de psicología (militar) y su propio servicio de ITV (militar).

Es autosuficiente porque realiza sus funciones sin establecer vasos comunicantes con otras esferas de la Administración,  algo que nos aísla y relega a una soledad institucional, haciendo que se autoregenere el pensamiento único impuesto por un Generalato que intenta mantener el statu quo.

Tras mucho batallar, e incluso acudir a instituciones europeas, AUGC consiguió que se instaurara el servicio de prevención de riesgos laborales para así cumplir con la Ley, algo paradójico en un Cuerpo precisamente encargado de velar por ella. Así, tras reprimenda de Europa se forman las oficinas de Prevención de Riesgos Laborales (PRL). Aunque, a estas alturas, ya sabrá el lector cómo se configuraron estos servicios. Por supuesto, se trata de un servicio de PRL militar e incardinado a las jerarquías y disciplinas castrenses, obviando los riesgos que afectan al personal del Cuerpo, algo de suma importancia, pues el modo en que se lleven a cabo las tareas de PRL marcará la eficacia del protoloco o su fracaso.

Romper ese círculo, que nos convierte en un Estado dentro del Estado y que nos incomunica con la sociedad, debe ser el primer paso para un cambio de pensamiento, una apertura hacia un establecimiento de relaciones con organismos externos a la Guardia Civil que incluso permita en mayor grado la contratación de funcionarios para tareas administrativas, algo que conllevaría mayor número de agentes dando seguridad. En resumidas cuentas, una comunicación con el resto de instituciones públicas que nos relacione con la Administración y el resto de la sociedad.          

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