Fiel a su piadosa y gravosa cita anual, la Guardia Civil volverá a pagar un año más el viaje a Lourdes de un grupo de guardias civiles. La expedición formará parte de la 58ª Peregrinación Militar Internacional a Lourdes, y estará integrada por quince agentes y mandos, que acudirán al santuario religioso entre el 20 y el 22 de mayo. Esta muestra de devoción por parte de la Benemérita, con carácter de “comisión de servicio indemnizable” y con motivación “religiosa”, le costará a los ciudadanos 10.851,92 euros. Todos los gastos pagados.
Ante esto, AUGC vuelve a denunciar este derroche innecesario en una actividad que no debería formar parte de los actos de un cuerpo policial de un estado democrático y aconfesional. Un derroche que, por otra parte, se produce en el seno de una institución que sigue sin proporcionar a sus trabajadores medios elementales de seguridad, como chalecos antibalas individuales o vehículos en las adecuadas condiciones, en lugar de chatarras con más de 400.000 kilómetros y en pésimas condiciones.
Asi, y mientras los guardias civiles deben seguir padeciendo una cada vez mayor precariedad en medios humanos y materiales, con cuarteles que se caen a pedazos y una Dirección General que alega no contar con presupuesto para abonar la renuncia a las vacaciones en verano, debemos comprobar un año más cómo se malgastan los recursos en asuntos absolutamente ajenos a la esencia del Cuerpo. Esto mientras los guardias civiles reciben una negativa tras otra a sus solicitudes de contar con mejores medios para hacer su trabajo. Para esto nunca hay dinero, pero para las peregrinaciones y otros boatos la caja está siempre abierta.
Porque con esos más de diez mil euros de dinero público que se gastarán en Lourdes podrían comprarse, por ejemplo, veinte chalecos antibalas, veinte vidas mejor protegidas de guardias civiles que trabajan cada día para velar por la seguridad de los ciudadanos.
Lamentablemente, las prioridades de la Guardia Civil parecen ser otras, como atestigua esta nueva peregrinación, o como dejó claro el derroche del acto de recepción de una bandera entregada recientemente por parte del Ayuntamiento de Logroño, y que AUGC también denunció en su día.