La chapuza y la precariedad siguen instaladas en una Guardia Civil que, como si te tratase de una institución cuya eficacia dependiese de la buena voluntad de la sociedad, ahora fía la prestación de sus servicios a la generosidad de terceros. Es el caso berlanguiano que tiene como protagonista a la Asociación de Empresarios de Conil, quienes han debido apoquinar para comprar a escote una docena de cascos con los que guardias civiles puedan patrullar en motocicleta este verano por las calles de esta localidad gaditana.
Así lo expresan los propios empresarios a través de un comunicado subido a su perfil en una red social, donde informan de que han costeado la compra de este material “con el objeto de que la Guardia Civil pueda establecer turnos de patrulla en el casco urbano de la localidad, con 5 motos, las cuales han sido arregladas con presupuesto del Ministerio del Interior, pero no alcanzaba para la compra de 12 cascos, por lo que se nos solicitó nuestra colaboración”.
En dicho comunicado, los empresarios de Conil continúan informando de que “tras las diversas peticiones que desde la Asociación de Empresarios de Conil se han hecho año tras año al Subdelegación del Gobierno de Cádiz, solicitando más efectivos de la Guardia Civil en el municipio para los meses de Julio y Agosto, ante la masiva afluencia de turistas durante este periodo, y viendo que no se obtiene ningún tipo de resultados. En conversaciones posteriores con el capitán de Zona Sr. D. Carlos Asenso, nos propuso a la Asociación la posibilidad de poder ampliar los servicios, para aumentar la presencia de éste cuerpo en el pueblo, a través de la colaboración de AE Conil, con la adquisición de los doce cascos necesarios para que más efectivos pudiesen utilizar las motos existentes”.
Pero, como si la situación no fuera ya suficientemente vergonzante (de la misma se deduce que, a partir de ahora, las localidades que quieran reforzar su seguridad tendrán que entrar en el copago del material de los agentes), a ésta se le añade el hecho de que los guardias civiles que reforzarán el servicio en Conil serán guardias alumnos sin experiencia en Atención al Ciudadano, y que por lo tanto trabajarán en patrullas profesionales únicamente al 50 por ciento.
Ésta es la situación de la Guardia Civil en 2019: falta de personal y de medios apenas parcheada con aportaciones voluntarias de los propios ciudadanos, que además deben confiar buena parte de su seguridad a trabajadores en prácticas sin bagaje profesional alguno.